El Banco Popular de China (PBOC) podría implementar este año las políticas monetarias más expansivas de la última década en un intento por revitalizar una economía debilitada y contrarrestar los efectos de los aranceles de Estados Unidos. De momento, ha suspendido la compra de bonos del Tesoro, lo que ha provocado un aumento de los rendimientos y ha estimulado las especulaciones de que la medida tenía como objetivo defender una moneda en mínimos. Sin embargo, este enfoque agresivo plantea el peligro de agotar rápidamente sus herramientas financieras, según advierten analistas citados por Bloomberg.
La reciente decisión del PBOC de suspender la compra de bonos del Tesoro, citando escasez de estos activos, evidencia las limitaciones a las que se enfrenta. El panorama se complica con el riesgo de salidas de capital, la débil demanda interna de crédito y un margen reducido para recortar las tasas de interés o reducir los coeficientes de reservas obligatorias (RRR). Estas restricciones están estrechamente interrelacionadas: mayores inyecciones de liquidez o recortes de tasas podrían devaluar el yuan, incentivando la fuga de capitales y erosionando la estabilidad financiera.
Dilema entre corto y largo plazo
El gobernador del PBOC, Pan Gongsheng, sugirió en septiembre un posible recorte del RRR antes de fin de año, aunque este aún no se ha materializado. La implementación de una política más laxa puede estimular el crecimiento a corto plazo, pero también podría inflar burbujas de activos. El PBOC ha advertido que el descenso de los rendimientos de los bonos a mínimos históricos podría volverse insostenible en un mercado volátil.
La tasa repo inversa a siete días se ubica en 1,5%, tras recortes acumulados de 30 puntos básicos en 2024, siendo esta la política más flexible desde 2015. No obstante, algunos economistas prevén un recorte adicional de 40 puntos básicos. Aun así, advierten que sin un repunte en la demanda de crédito, estas medidas podrían deteriorar la rentabilidad bancaria y aumentar la presión sobre el yuan.
Perspectivas complejas y límites de la política monetaria
China abandonó en diciembre su tradicional política monetaria “prudente” a favor de una postura “moderadamente laxa”. Sin embargo, el espacio para recortes adicionales es limitado. La mayoría de los analistas anticipan reducciones del RRR en 2025, lo que podría llevar el ratio medio a un mínimo cercano al 5%, umbral considerado crítico para la estabilidad del sistema financiero.
Un yuan más débil podría, en teoría, mejorar la competitividad de las exportaciones frente a los aranceles más altos que promete la administración Trump.
Este escenario revela un año lleno de desafíos para el PBOC, con tensiones entre crecimiento, estabilidad financiera y política monetaria. El camino que elija China tendrá implicaciones globales en un momento de gran volatilidad económica.