La euforia que envolvía al mercado bursátil chino tras la reapertura de las operaciones el martes rápidamente se desvaneció. Las expectativas iniciales eran altas, con un índice de referencia onshore que llegó a subir un 11% al comienzo de la sesión tras las vacaciones de la Semana Dorada. Sin embargo, a medida que avanzaba el día, la falta de nuevos estímulos económicos durante una reunión clave de política monetaria enfrió el entusiasmo de los inversores. Finalmente, el índice CSI 300 cerró con una ganancia de apenas el 5,9% después de haber subido más de un 10%.
En Hong Kong, la situación fue aún más desalentadora. Un indicador clave de las acciones chinas que cotizan en la ciudad cayó más de un 10%, lo que prácticamente borró todas las ganancias obtenidas durante el cierre de los mercados locales por la celebración de la Semana Dorada.
El optimismo que había precedido la sesión del martes se basaba en varios factores. Los informes de un número récord de aperturas de cuentas en las principales casas de bolsa chinas, así como el repunte de las acciones en Hong Kong, alimentaron las expectativas de un alza significativa. Además, muchos esperaban que la conferencia de prensa de la principal agencia de planificación económica de China ofreciera nuevos catalizadores positivos. Pero esto no sucedió. A pesar del deseo de Pekín de reactivar el mercado bursátil, el gobierno no parece dispuesto a abandonar su enfoque de restricción financiera para estimular agresivamente la economía.
Hasta el 30 de septiembre, el CSI 300 había acumulado nueve sesiones consecutivas al alza, impulsado por una serie de medidas de estímulo como recortes en las tasas de interés, liberación de efectivo para los bancos y apoyo a las acciones. Este repunte había generado una ola de optimismo en Wall Street, con grandes firmas como Goldman Sachs, HSBC y BlackRock mejorando sus calificaciones sobre el mercado de valores chino, apostando por la continuación de los estímulos.
A pesar del impulso del martes, que llevó al índice a su nivel más alto desde julio de 2022, algunos analistas del mercado han advertido sobre la posibilidad de una sobrevaloración de las acciones. El índice se está negociando a 13,3 veces las ganancias futuras a un año, superando su mediana de cinco años de 11,9 veces.
La clave ahora es si Pekín respalda sus promesas de estímulo con medidas fiscales concretas. En las próximas semanas, el mercado estará muy atento a cualquier nueva política anunciada por el Politburó y el Consejo de Estado, que podría determinar si las recientes ganancias del mercado son sostenibles o meramente tácticas.
El volumen de operaciones en Shanghái y Shenzhen alcanzó un récord de 3,43 billones de yuanes (unos 486.000 millones de dólares), superando la marca anterior del 30 de septiembre. Sin embargo, este volumen extraordinario también provocó fallos temporales en las plataformas de comercio de varias casas de bolsa.
En cuanto a las perspectivas económicas, los líderes chinos han fijado como objetivo un crecimiento de alrededor del 5% para este año. Sin embargo, los datos recientes sugieren que alcanzar esa meta será difícil, dado el débil gasto de los consumidores y la continua caída del sector inmobiliario.
En el mercado de Hong Kong, el índice Hang Seng China Enterprises también sufrió una caída, después de haber subido más del 30% en el último mes, convirtiéndose en el índice de mejor desempeño global según Bloomberg. La historia reciente del mercado bursátil chino sugiere cautela. En 2015, un fuerte estímulo desencadenó una recuperación vertiginosa que terminó en un colapso masivo. Entre octubre de 2014 y junio de 2015, el índice compuesto de Shanghái se duplicó, solo para desplomarse más del 40% en los dos meses siguientes.