El gobierno chino ha establecido un nuevo objetivo de financiamiento para proyectos inmobiliarios incluidos en su “lista blanca”, tras haber otorgado 2,23 billones de yuanes en préstamos hasta el 16 de octubre. Esta medida busca asegurar la finalización de viviendas, y fue presentada en una conferencia de prensa este jueves como parte de un conjunto de iniciativas para estabilizar el mercado inmobiliario del país.
A pesar de estos esfuerzos, algunos analistas no quedaron satisfechos con las medidas, calificándolas como insuficientes. El índice de Bloomberg que rastrea las acciones del sector inmobiliario en Hong Kong cayó más del 8%, lo que también afectó negativamente a las acciones chinas, que cedieron las ganancias previas. Las autoridades se enfrentan al desafío de revivir un mercado inmobiliario en declive, aunque el ministro de Vivienda, Ni Hong, expresó su confianza en que el gobierno tiene la capacidad de detener la caída del sector, que, según su análisis, podría estar llegando a su punto más bajo.
El programa de la “lista blanca” es una iniciativa del gobierno para garantizar que los proyectos de viviendas que aún no han sido completados se entreguen a los compradores, con el fin de evitar un nuevo boicot hipotecario. Según estimaciones de Nomura Holdings, completar las aproximadamente 48 millones de unidades de vivienda sin terminar en China requerirá una inyección de 3 billones de yuanes por parte del gobierno central.
Además, se están evaluando otras medidas, como permitir a los bancos otorgar préstamos para la compra de terrenos ociosos y aumentar el apoyo a la vivienda asequible para familias con dos hijos o más. También se tiene previsto renovar un millón de viviendas deterioradas en grandes ciudades, una medida que sigue los esfuerzos anteriores del gobierno en la renovación de barrios marginales, aunque en una escala más modesta que los proyectos de 2016-2018.
Estas nuevas políticas se suman a otras iniciativas recientes lanzadas por el gobierno central para ayudar a China a alcanzar su objetivo de crecimiento económico del 5% en 2023. A finales de septiembre, el país presentó un paquete de medidas para apoyar el sector inmobiliario, entre las que destacan la reducción de los costos de préstamos hipotecarios, valorados en 5,3 billones de dólares, y la flexibilización de las normativas para la compra de segundas viviendas.
Además, hasta finales de septiembre, se habían destinado 1,48 millones de unidades de vivienda pública, suficientes para cubrir las necesidades de 4,5 millones de jóvenes, según el ministro Ni Hong.
Las grandes ciudades, como Pekín y Shanghái, han ampliado las facilidades para los compradores de vivienda, mientras que en ciudades más pequeñas, como Tianjin y Chengdu, se han eliminado casi todas las restricciones para la adquisición de viviendas nuevas.