El ejército chino ha realizado este lunes una nueva ronda de ejercicios militares en las cercanías de Taiwán, en lo que ha descrito como una advertencia a las “fuerzas separatistas de la independencia de Taiwán”. La acción provocó una inmediata condena por parte de los gobiernos de Taipei y de Estados Unidos, que calificaron las maniobras como una provocación innecesaria.
Nada más anunciar su finalización, el Ministerio de Defensa chino incrementó el tono de advertencia confirmando que los ejercicios no eran una repetición de los anteriores “Joint Sword-2024A” realizados en mayo, sino que se trata de un aumento de la presión en torno a Taiwán y que podrían volver a celebrarse “hasta que la cuestión de Taiwán se resuelva completamente”.
El mapa de los ejercicios marcaba nueve áreas alrededor de la isla: dos en la costa este, tres en la oeste, una al norte y tres alrededor de las islas cercanas a la costa china, pero que controla Taiwán. Todo, para confirmar el poderío armamentístico y la velocidad de reacción del gigante asiático.
China considera a Taiwán, gobernada de manera democrática, como parte de su territorio, y ha intensificado la presión militar sobre la isla. Las autoridades de Taiwán habían estado en alerta ante la posibilidad de nuevas maniobras, especialmente después del discurso del presidente Lai Ching-te la semana pasada, durante las celebraciones del Día Nacional. Lai afirmó que China no tiene derecho a representar a Taiwán, aunque se mostró dispuesto a dialogar con Pekín. Estas declaraciones fueron duramente criticadas por el gobierno chino.
El Comando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación (EPL) anunció que los ejercicios, denominados “Joint Sword-2024B”, eran una “severa advertencia a los actos separatistas de las fuerzas independentistas de Taiwán” y las calificó como una operación “legítima y necesaria para salvaguardar la soberanía y la unidad nacional”.
En paralelo a estas maniobras, Pekín impuso sanciones contra Robert Tsao, un prominente empresario tecnológico taiwanés, y contra un legislador, a quienes acusó de promover actividades separatistas. Sin embargo, no se especificó la duración de los simulacros militares.
Según el comunicado del Comando del Teatro Oriental, las maniobras incluyeron la movilización de formaciones de buques de guerra, destructores y aviones militares chinos que se aproximan a Taiwán desde diversas direcciones. Participaron 17 buques de guerra y 125 aviones militares, la mayor cantidad de aeronaves detectadas jamás operando alrededor de la isla en un solo día. Las actividades se centraron en patrullas para la preparación de combate en el aire y el mar, bloqueando puertos y zonas clave, así como simulando ataques a objetivos marítimos y terrestres.
La situación ha aumentado las tensiones en la región, con Estados Unidos reiterando su apoyo a la defensa de Taiwán y condenando cualquier intento de alterar el status quo por la fuerza.