Hace ya más de una semana que Europa decidió dar un golpe comercial a China anunciando nuevos aranceles a sus coches eléctricos. Sin rueda de prensa para anunciarlo y solo con un escueto comunicado, la Comisión Europea parecía ocultar su decisión. Sin embargo, China no ha tardado en responder.
Ahora Pekín ha advertido que los aranceles a los coches eléctricos chinos pueden acabar desatando una guerra comercial. En Europa, hay alguien que teme por esta situación: Alemania.
La industria de coches alemana es muy grande y China tiene un peso considerable en sus cuentas. Las empresas automovilísticas temen que esto pueda acabar afectándolas. Efectivamente, esta semana sus homólogas chinas le han pedido el gobierno que contraataque.
Pero Alemania lleva un tiempo intentando cambiar esta decisión de Europa por el miedo a lo que esto pueda acarrear. El vicecanciller alemán, Robert Habeck, llega ahora a Pekín para negociar con los principales líderes de la segunda economía del mundo. Se espera que los inminentes aranceles europeos a los automóviles eléctricos chinos sean una de las principales prioridades de su agenda.
Habeck se reunirá con el ministro de Comercio, Wang Wentao, y otros funcionarios durante su viaje de tres días que comienza este viernes por la tarde. Es el primer alto funcionario europeo que visita China desde que Europa anunció a principios de este mes su plan de imponer impuestos de hasta el 48% a los vehículos eléctricos enviados desde la nación asiática.
El problema es que cualquier negociación sobre los aranceles a los vehículos eléctricos probablemente será limitada, ya que la investigación de la Comisión Europea ha sido “extensa” y ha abarcado toda la economía de China.