El ministro de Finanzas de China ofrecerá este sábado una conferencia de prensa centrada en la política fiscal del país, en un momento en que los inversores están a la espera de nuevas medidas para estimular la segunda mayor economía del mundo. La sesión, anunciada por la Oficina de Información del Consejo de Estado, contará con la participación de Lan Fo’an, quien detallará estrategias para fortalecer la política fiscal y responderá a las preguntas de los medios.
El anuncio llega después de que el repunte bursátil de China comenzara a perder fuerza tras la primera conferencia del gobierno posterior a una semana de vacaciones, en la que se presentaron estímulos menores de lo esperado. Esto ha generado incertidumbre entre los inversores, que buscan señales claras de un mayor gasto fiscal para frenar la desaceleración económica que podría poner en riesgo el objetivo de crecimiento de alrededor del 5% para 2024.
Los mercados financieros reaccionaron a la noticia: el índice CSI 300, que había caído por los débiles estímulos anteriores, redujo sus pérdidas, y el yuan offshore mostró una leve ganancia. Sin embargo, la presión por parte de los inversores para que Pekín implemente un plan de estímulo más robusto continúa, ya que el crecimiento económico ha sido más lento de lo previsto.
Las expectativas sobre la conferencia de prensa son altas, y se especula con un paquete de estímulo fiscal que podría alcanzar entre 2 y 3 billones de yuanes (aproximadamente 283.000 a 424.000 millones de dólares). Los economistas esperan que se anuncien medidas centradas en apoyar la financiación de gobiernos locales, impulsar la inversión en infraestructura y reactivar el consumo, informa Bloomberg.
El primer ministro chino, Li Qiang, aseguró esta semana que el gobierno “escuchará la voz del mercado” al desarrollar sus políticas, en un intento por tranquilizar a los sectores privados y a los inversores. Esta postura refuerza los llamados del Politburó a afrontar las dificultades económicas con mayor transparencia y acción directa, luego de que la economía registrara su crecimiento más lento en cinco trimestres.
Las acciones chinas han experimentado su mayor caída en más de cuatro años debido a la impaciencia de los inversores por la falta de estímulos, junto con datos débiles sobre el gasto durante las vacaciones de la “Semana Dorada”. El índice CSI 300 cayó un 7,1%, mientras que el índice Hang Seng, que sigue las acciones chinas en Hong Kong, también se desplomó. Esta volatilidad ha generado dudas sobre la capacidad de Pekín para revitalizar la confianza en el mercado sin un plan de estímulo fiscal contundente.
Los inversores esperan que las medidas de estímulo se traduzcan rápidamente en mejoras en las ganancias corporativas, el empleo y los datos macroeconómicos, pero la implementación de estas medidas suele llevar tiempo, lo que genera un desfase entre las expectativas y la realidad.
En las próximas semanas, será crucial que el gobierno chino presente un plan concreto para combatir la deflación y apuntalar el crecimiento, especialmente en sectores clave como el inmobiliario y el consumo. Los analistas esperan que la reunión del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional a finales de este mes sea una oportunidad clave para anunciar medidas adicionales.
A medida que los bonos del gobierno suben y los rendimientos caen ligeramente, el mercado sigue atento a cualquier señal de cambio en la política económica. Las recientes vacaciones de la Semana Dorada no lograron reactivar el consumo, lo que indica que el sentimiento de los consumidores sigue siendo moderado, a pesar de los esfuerzos del gobierno para estabilizar la economía.