MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha mejorado la previsión de crecimiento del PIB de la región hasta el 3,2% para este año, al tiempo que ha rebajado la proyección de crecimiento para 2023, hasta el 1,4%, en una coyuntura sujeta a “importantes restricciones tanto externas como domésticas”.
El informe publicado hoy por el organismo explica que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha afectado de forma negativa al crecimiento global –y con ello a la demanda externa que ha enfrentado la región este año– a lo que se suma las mayores presiones inflacionistas, la volatilidad y los costes financieros.
En concreto, la mayor aversión al riesgo, junto a la política monetaria más restrictiva por parte de los principales bancos centrales del mundo, ha perjudicado los flujos de capital hacia los mercados emergentes, incluyendo América Latina, además de propiciar depreciaciones de las monedas locales.
Según Cepal, en 2023 los países de la región se verán nuevamente enfrentados a un contexto internacional desfavorable, en el que se espera una desaceleración tanto del crecimiento como del comercio global, tasas de interés más altas y menor liquidez global.
Todas las subregiones evidenciarían un menor crecimiento el próximo año, de acuerdo con las nuevas proyecciones de Cepal. América del Sur crecerá un 1,2% en 2023 (3,4% en 2022), el grupo conformado por Centroamérica y México lo hará en un 1,7% (en comparación con un 2,5% en 2022) y el Caribe crecerá un 3,1%, sin incluir Guyana (en comparación con un 4,3% en 2022).
En este punto es importante recalcar los factores externos de algunas regiones concretos. Es el caso de América del Sur, que se verá especialmente afectada por el bajo dinamismo de China al ser el país asiático un importante mercado para sus exportaciones de bienes. Esto se evidencia en países como Chile, Brasil, Perú y Uruguay, que destinan a China más del 30% de sus exportaciones de mercancías (40% para Chile).
Asimismo, América del Sur se verá afectada también por la bajada en los precios de los productos básicos y por las restricciones al espacio que la política pública tiene para apuntalar la actividad.
En el caso de América Central y México, los atenuantes externos provienen de Estados Unidos, principal socio comercial y primera fuente de remesas de sus países. En este caso, sin embargo, los menores precios de los bienes básicos impactarían de manera positiva, en tanto varias de las economías de la subregión son importadoras netas de alimentos y energía. Finalmente, en las economías del Caribe la inflación ha impactado no solo los ingresos reales y con ello el consumo, sino los costes de producción con un impacto negativo en la competitividad de las exportaciones tanto de bienes como de turismo, señala la Comisión.
COMPLEJO PANORAMA MONETARIO Y FISCAL
Por otro lado, el organismo ha advertido de un complejo escenario en los aspectos fiscal y monetario para 2023.
Por la parte monetaria, el aumento de la inflación condujo a los bancos centrales, al igual que en la mayor parte del mundo, a aumentar las tasas de política –en algunos casos de manera sustancial– y a reducir el crecimiento de los agregados monetarios durante 2022. Si bien se prevé que en 2023 este proceso llegue a su fin, en la medida que se vayan anclando las expectativas de inflación en los países, los efectos de esta política restrictiva sobre el consumo privado y la inversión estarán presentes durante 2023.
En el ámbito fiscal permanecerán altos los niveles de deuda pública en un gran número de países. En un contexto de altas demandas por gasto público, se requerirán medidas para fortalecer la sostenibilidad fiscal y ampliar el espacio fiscal mediante el fortalecimiento de los ingresos públicos.