MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El presidente y consejero delegado de Boeing, David Calhoun, ha admitido que, a pesar de “reforzar los procesos de seguridad y calidad en los últimos años”, el incidente aéreo de Alaska Airlines “deja claro que queda trabajo por hacer”.
En distintas reuniones con los empleados estas últimas semanas, el máximo mandatario ha dejado claro que se encuentran “decepcionados”: “tenemos mucho que demostrar para ganarnos la confianza de nuestras partes interesadas”.
Además, ha afirmado que la Administración Federal de Aviación (FAA) ha compartido nuevas acciones “significativas” para aumentar su supervisión, que apoyarán de forma “plena y transparente”.
“Este mayor escrutinio –de nosotros mismos, de nuestro regulador o de otros– nos hará mejores. A medida que avanzamos juntos, pido a todos los compañeros de equipo que hagan oír su voz mientras seguimos prestando atención a cada detalle desde la óptica de la seguridad y la calidad”, ha añadido.
Al presentar los resultados de 2023, en los que Boeing redujo a la mitad sus pérdidas netas, hasta los 2.068 millones de euros, el fabricante ha anunciado medidas “inmediatas y exhaustivas” para reforzar la calidad en todos sus programas de aviones comerciales y en su cadena de suministro tras el accidente aéreo de Alaska Airlines.
Entre las medidas se incluyen la exigencia de inspecciones adicionales en su fábrica y en los proveedores clave, el apoyo a una mayor supervisión por parte de los clientes de las aerolíneas y la interrupción de la producción del 737 durante un día para volver a centrar a sus empleados en la calidad.
Además, Boeing también ha designado a un experto externo para dirigir una evaluación independiente en profundidad del sistema de gestión de calidad del departamento, cuyas recomendaciones se proporcionarán directamente al presidente, David Calhoun, y al Comité de Seguridad Aeroespacial del consejo de administración del fabricante.