La nueva variante del coronavirus identificada por Sudáfrica está haciendo caer las bolsas y desatando anuncios de cierre de fronteras a los viajeros que proceden de la región sur del continente africano.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von Der Leyen, ha propuesto que se suspendan las conexiones aéreas con esa zona del continente africano. Italia, Holanda y Alemania ya han adoptado esa suspensión.
Austria también estudia cerrar fronteras.
Tanto Sudáfrica como el resto de países que componen la región son ya considerados por la Unión Europea estados de riesgo sanitario por la pandemia y, por tanto, las personas procedentes de la zona solo podían acceder a los Estados miembros si justificaban su viaje (pasajeros en tránsito) o la actividad que desarrollan les permite moverse (personal sanitario, temporeros, diplomáticos, marinos, estudiantes).
En Israel, donde el Gobierno aseguraba esta mañana que ha detectado tres posibles casos de esta nueva variante, se ha optado por incluir a los países de esa región africana en su lista roja, lo que impide la entrada de extranjeros procedentes de seis naciones: Sudáfrica, Lesoto, Botsuana, Zimbabue, Mozambique, Namibia y Eswatini (antigua Suazilandia). El Reino Unido ha vetado también los vuelos desde esa región.