
La Comisión Europea está considerando implementar mecanismos para limitar temporalmente los precios del gas en la Unión Europea, en respuesta a los recientes incrementos que han superado ampliamente los niveles observados en Estados Unidos. Esta posible medida surge en un contexto donde el precio del gas natural en Europa ha alcanzado su punto más alto en más de dos años, impulsado por condiciones climáticas adversas, como temperaturas bajas y una reducida generación de energía eólica.
Estos costos energéticos elevados representan un desafío significativo para las empresas europeas, que enfrentan una desventaja competitiva frente a sus homólogas estadounidenses. En este sentido, la Comisión está estudiando la posibilidad de incluir un límite de precios dentro del “pacto industrial limpio”, un documento estratégico que se presentará el próximo mes y que busca fortalecer la industria europea en un entorno de crecientes desafíos.
Si bien la discusión sobre estos límites de precios aún se encuentra en una fase inicial, la idea ya ha generado preocupación entre diversos grupos industriales. Once asociaciones del sector energético y financiero, entre ellas Europex y AFME, han expresado su inquietud en una carta dirigida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. En el documento advierten que esta intervención podría afectar la estabilidad del mercado energético europeo y comprometer la seguridad del suministro.
Según la misiva, un tope en los precios podría erosionar la confianza en el mecanismo de fijación de precios de referencia de la UE, favoreciendo la adopción de mercados alternativos fuera del bloque. Experiencias previas, como la propuesta de límite en 2022 durante la crisis energética tras la invasión rusa a Ucrania, no llegaron a implementarse debido a que los precios no superaron el umbral de 180 euros por megavatio-hora.
En base a estos antecedentes, el expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, recomendó otorgar a la Comisión poderes para establecer “límites dinámicos” en caso de fuertes divergencias entre los precios del gas en la UE y los mercados internacionales. Fuentes comunitarias han confirmado que estas recomendaciones están siendo analizadas con detenimiento.
Además, se están explorando medidas para evitar que los operadores eleven los precios durante el verano, cuando los países europeos almacenan gas en preparación para el invierno. Sin embargo, algunos Estados miembros, como Alemania y los Países Bajos, podrían mostrarse reticentes a la aplicación de estas restricciones.
Por otra parte, cualquier intervención en el mercado podría tener implicaciones en las negociaciones comerciales con Estados Unidos. Un límite de precios podría dificultar los esfuerzos de la UE para contrarrestar la política arancelaria estadounidense, a menos que incremente sus importaciones de gas natural licuado procedente de ese país.