Jill Hirzel, especialista de inversión sénior en Insight (parte de BNY Investments):
Aunque los últimos datos sugieren que las presiones salariales y de precios se están suavizando, creemos que el BCE hará una pausa en la reunión de esta semana para asegurarse de que la situación está bajo control antes de volver a bajar tipos en septiembre. A corto plazo, la autoridad monetaria estará muy atenta a lo que suceda en Francia, donde los partidos de izquierdas negocian quién será el nuevo primer ministro. Un compromiso podría entrañar cierto relajamiento fiscal y mayores presiones inflacionistas, pero la incertidumbre política que generaría la falta de acuerdo podría lastrar el crecimiento.
Geoff Yu, estratega de mercado para EMEA en BNY:
A diferencia de la reunión de junio, no se espera nada reseñable en la reunión del BCE de esta semana. La mayoría de los mensajes sobre la trayectoria de política monetaria que seguirá el BCE ya se comunicaron durante el Foro de Sintra y se espera que la presidenta Lagarde básicamente repita su discurso en la conferencia de prensa posterior a la reunión. Sin embargo, por una vez, es probable que las preguntas no se centren en las decisiones de política monetaria del Consejo de Gobierno, sino en el posible impacto del nuevo gobierno francés, cuya formación aún se está negociando.
Desde que Lagarde llamase la atención sobre la persistencia de la inflación de los servicios hace un año, los datos han ido suavizándose, pero los avances no han logrado rebajar las expectativas de inflación, que se mantienen ancladas en el horizonte a 3 años, pero que a 12 meses solo se han reducido un punto porcentual desde su máximo del verano pasado. Por el lado positivo, en términos absolutos, las expectativas de inflación a 12 meses han vuelto a los niveles previos a la pandemia, cuando la economía de la eurozona tampoco crecía a su potencial, lo que sugiere que las perspectivas de los hogares continúan moderándose y que el endurecimiento de las condiciones financieras está haciendo efecto. No obstante, es probable que esto refuerce la opinión de que las expectativas de inflación tendrán que reducirse más y verse confirmadas por los datos antes de que el BCE acelere las bajadas de tipos.