El pasado mes de marzo, el presidente de EEUU, Joe Biden, aprobó un plan estratégico nuclear clasificado para Estados Unidos que supone una modificación significativa y un giro al enfocarse en la expansión del arsenal nuclear de China. Este cambio se debe a la creciente preocupación del Pentágono sobre que el arsenal chino podría igualar en tamaño y diversidad a los de Estados Unidos y Rusia en la próxima década. La estrategia, denominada “Nuclear Employment Guidance”, busca preparar al país para enfrentar posibles desafíos nucleares simultáneos o coordinados de China, Rusia y Corea del Norte.
La aprobación de esta nueva estrategia no ha sido anunciada públicamente por la Casa Blanca, sin embargo en discursos recientes, algunos altos funcionarios aludieron a la actualización. Estos sugieren que el cambio es un reconocimiento de la rápida expansión nuclear de China, impulsada por la ambición del presidente Xi Jinping de superar la “disuasión mínima” y alcanzar una paridad con las superpotencias nucleares.
El documento, altamente clasificado, subraya la necesidad de disuadir simultáneamente a Rusia, China y Corea del Norte, reflejando un entorno nuclear global mucho más volátil que hace pocos años. Además, el documento señala la creciente colaboración militar entre Rusia y China, y el papel de Corea del Norte e Irán en proporcionar armamento a Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania.
No obstante, este cambio de rumbo también responde a la expansión del arsenal nuclear de Corea del Norte, que en la actualidad cuenta con más de 60 armas nucleares, algo que supone un problema para la disuasión tradicional de Estados Unidos.