El Banco Central Europeo ha reducido nuevamente las tasas de interés en respuesta al descenso de la inflación hacia su objetivo del 2% y a las crecientes preocupaciones sobre el debilitamiento de la economía en la zona euro. Esta es la segunda reducción del año, con el tipo de interés clave para los depósitos bajando 25 puntos básicos hasta el 3,5%, en línea con las expectativas de los analistas.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, señaló que el banco no se compromete a seguir un camino fijo para los costos de endeudamiento, enfatizando que las decisiones futuras dependerán de los datos económicos. “Seguiremos dependiendo de los datos”, declaró Lagarde en una conferencia de prensa en Frankfurt. “Eso está especialmente justificado dada la abundante incertidumbre a la que nos enfrentamos”.
Lagarde dejó claro que no existe una “trayectoria predefinida” para futuras reducciones de tasas, tanto en términos de secuencia como de volumen. A pesar de ello, los mercados ya descuentan un nuevo recorte de un cuarto de punto antes de fin de año, aunque las probabilidades de que haya más movimientos de este tipo están disminuyendo.
La inflación bajo control, pero la economía se debilita
Al igual que otros bancos centrales a nivel global, el BCE está ganando confianza en que la inflación está volviendo a niveles controlables, tras haber alcanzado máximos históricos. Sin embargo, la economía de los 20 países de la zona euro está perdiendo fuerza. Los hogares han mostrado dificultades para mantener el repunte económico iniciado a principios de este año, mientras que las producciones manufacturera e industrial siguen estancadas debido a la débil demanda externa.
Este escenario ha llevado al BCE a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento económico para los próximos años. Ahora, el banco espera que el producto interior bruto crezca solo un 0,8% en 2023, una cifra inferior al 0,9% pronosticado anteriormente. Las proyecciones para 2024, 2025 y 2026 también fueron ajustadas a la baja, reflejando un entorno económico frágil.
A pesar de estos desafíos, las expectativas de inflación permanecieron prácticamente sin cambios. Lagarde destacó que “la recuperación enfrenta algunos obstáculos”, aunque confía en que el impacto decreciente de la política monetaria restrictiva ayudará a impulsar el consumo y las inversiones.
Presiones salariales y políticas a largo plazo
En cuanto a la inflación, Lagarde señaló que los salarios seguirán siendo volátiles, aunque el crecimiento general de los costos laborales se está moderando. Esto sugiere que, aunque la presión salarial persiste, no es tan intensa como en meses anteriores.
Junto con la reducción de tasas de depósito, el BCE también bajó en 60 puntos básicos otras dos tasas de interés a las que los bancos pueden pedir dinero prestado, como parte de una estrategia a largo plazo que, aunque significativa, tendrá pocas consecuencias inmediatas.
En resumen, el BCE continúa navegando en un contexto de inflación moderada pero con una economía debilitada, lo que plantea importantes desafíos de cara a 2024. Con las decisiones clave aún en el aire, el mercado permanece atento a los próximos movimientos del banco central y al impacto que tendrán en la recuperación económica de la eurozona.