MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
BBVA, Santander y CaixaBank poseen en sus balances alrededor de 30.200 millones de euros en activos vinculados a combustibles fósiles, lo cual supone el 1,12% de sus activos totales, frente al 1,05% de la media de la Unión Europea (UE), y al 1,47% de la media mundial, según una investigación de Finance Watch, organización europea de la que forma parte Asufin.
De esta forma, las tres entidades se encontrarían entre las menos expuestas a este tipo de combustibles en todo el mundo. En este sentido, el estudio recoge que los 60 bancos más grandes del mundo por número de activos –22 de ellos de la Unión Europea– tienen unos 1,35 billones de dólares (en torno a 1,38 billones de euros) expuestos a combustibles fósiles.
A través de un comunicado, Asufin explica que los combustibles fósiles son el factor que “más está contribuyendo” a acelerar el cambio climático y que muchas de estas inversiones “tendrán que ser descartadas” antes del final de su vida económica, en el marco de la transición a una economía sostenible. “Se convertirán en activos cautivos y perderán su valor, lo que supondrá pérdidas para los bancos que los financien”, explica la asociación, que sostiene que estas pérdidas “podrían desestabilizar el sistema financiero en su conjunto”, provocando “otra crisis financiera”.
En este sentido, el estudio de Finance Watch recoge que la exposición de los bancos mundiales a activos consistentes en combustibles fósiles en sí mismos –y sin contabilizar otros sectores de la cadena que generarían grandes emisiones– es “prácticamente equivalente” a la exposición de todo el sistema financiero a los préstamos ‘subprime’ antes de la crisis financiera mundial de 2007-2008. Al respecto, Asufin reconoce que entre los combustibles fósiles y los préstamos ‘subprime’ hay “evidentes diferencias estructurales”, existen rasgos en común entre la situación de entonces y la actual.
El estudio señala que aplicar una ponderación del riesgo del 150% a los activos de los bancos que estén expuestos al riesgo de crédito de los combustibles fósiles “requeriría de media un capital adicional equivalente a unos tres o cinco meses” de los beneficios de los bancos analizados en 2021.
Estas cifras suponen que el capital adicional medio por banco ascendería a 2.690 millones de euros, el equivalente al 2,85% del patrimonio neto actual de los bancos –a 31 de diciembre de 2021– o a 3,42 meses de sus ingresos netos en 2021.
Para el caso español, los tres principales bancos necesitarían recaudar un capital adicional de 1.400 millones de euros para aplicar una ponderación de riesgo más elevada a sus activos vinculados acombustibles fósiles. Asufin estima que podrían conseguirlo en unos 2,99 meses mediante una retención de beneficios “dada la rentabilidad” de estas entidades.
SIN IMPACTO EN LA CONCESIÓN DE PRÉSTAMOS
Asufin destaca que, en los años posteriores a la crisis financiera mundial, los bancos recaudaron una “gran cantidad de capital” en un plazo de 18 a 24 meses “sin reducir sus concesiones de préstamos nisus activos totales”, mediante una combinación de beneficios retenidos y de la aplicación de mayores diferenciales para los préstamos.
El capital adicional necesario para esta propuesta sería “mucho menor” y equivaldrían a la retención de “tan solo un trimestre de beneficios”, aunque en la práctica los bancos tendrían más plazo para responder, ya que normalmente este tipo de medidas se aplican de forma gradual durante periodos más largos, según sostiene la asociación.
Así, afirma que esta nueva brecha de capital “podría salvarse muy fácilmente” mediante la retención de beneficios durante un periodo adecuado, sin reducir por ello la capacidad de concesión de préstamos, lo cual es importante “para respaldar una transición sostenible”.
“Esto no impediría que los bancos concediesen préstamos a los clientes del sector de los combustibles fósiles, aunque los bancos tendrían que introducir una prima de riesgo más alta en sus préstamos para contabilizar los riesgos asociados”, agrega Asufin.
La asociación considera que la actual revisión legislativa de las normas prudenciales bancarias (el Reglamento y la Directiva sobre Requisitos de Capital) que está realizando la Unión Europea es una “oportunidad única” para introducir una ponderación de riesgo sectorial para las exposiciones al riesgo de crédito de los combustibles fósiles.
“Más adelante, los supervisores deberían trabajar con los bancos para aplicar los cambios de manera gradual a lo largo de un periodo adecuado”, concluye Asufin.