MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha pedido que la norma de la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero garantice una “adecuada coordinación y transmisión de información” entre este nuevo organismo y las autoridades supervisoras financieras ya existentes.
En un discurso pronunciado en la primera jornada de la XXXI Semana del Seguro, organizado por Inese, Delgado ha explicado que actualmente existe un proyecto normativo, todavía en tramitación, para crear una única agencia encarga de la resolución de las reclamaciones financieras, que es esta Autoridad de Defensa del Cliente Financiero y que afecta también al sector de los seguros.
Esta nueva autoridad sustituirá a los actuales servicios de reclamaciones de los supervisores sectoriales, que son el propio Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). Sin embargo, estas últimas mantendrán todas sus competencias para la supervisión de la conducta en sus respectivos ámbitos de actuación, incluyendo el adecuado funcionamiento de sus servicios de atención al cliente.
De este modo, se configura un modelo “híbrido” de supervisión, que no responde al modelo sectorial, que es el que funciona en España hasta que comience a funcionar la nueva autoridad, ni al ‘twin peaks’, que consiste en un modelo basado en dos autoridades: una de ellas encargada de la supervisión de la solvencia y otra encargada de la conducta.
De hecho, Delgado ha defendido el modelo ‘twin peaks’ al señalar que se trataría de un sistema “adecuado” para la gestión de los posibles conflictos de interés entre dichas responsabilidades y para “mejorar la eficiencia y la eficacia” de la actividad supervisora.
En cambio, Delgado sostiene que el modelo híbrido planteado en España genera “nuevos y mayores retos” en términos de cooperación interinstitucional.
“Desde el punto de vista de las herramientas y procedimientos para la supervisión de conducta, el principal reto que plantea el nuevo esquema institucional es que la separación de la función de resolución de reclamaciones de las autoridades supervisoras no dificulte el adecuado desarrollo de la labor de supervisión de la conducta de las entidades”, ha trasladado la subgobernadora durante su discurso.
Ha explicado que las reclamaciones individuales de la clientela dan información sobre la conducta de las entidades: “La reiteración de reclamaciones permite identificar problemas en el diseño de productos y servicios bancarios, en la definición de sus respectivos públicos objetivos, en su publicidad, en los sistemas e incentivos establecidos para su comercialización y, en general, en los procedimientos internos de las entidades”, ha explicado.
Como consecuencia, ha defendido la “necesidad” de que la norma de la nueva autoridad “garantice una adecuada coordinación y transmisión de información entre la nueva autoridad y las autoridades supervisoras sectoriales”. Además, cree que otro desafío será la aplicación “homogénea” de las normas de conducta y los criterios de buenas prácticas en los distintos ámbitos, supervisor y de resolución de conflictos.
Al respecto, ha explicado que la norma proyectada prevé que la responsabilidad de la elaboración y definición de los criterios de buenas prácticas y de la atención de las consultas se mantenga bajo las autoridades supervisoras, unos criterios que serán aplicados por la nueva autoridad. “El intercambio de información, también en este punto, será fundamental”, ha agregado.
Por último, se ha referido al reto “más inminente” como es el periodo transitorio, durante el cual las necesidades de coordinación entre la autoridad y los supervisores serán “particularmente relevantes”, hasta la efectiva puesta en marcha de la agencia.
“Es más que probable que el nuevo esquema institucional requiera de un esfuerzo de adaptación y de coordinación por parte de las autoridades ya existentes en relación con el nuevo organismo”, ha concluido al respecto.
PERSPECTIVAS PARA 2024
Durante su comparecencia, Delgado también se ha referido a la marcha de la economía global, que ha registrado un “moderado dinamismo” en los últimos trimestres, así como de la economía española, que se ha visto afectada por la ralentización de la economía mundial y, en concreto, de la eurozona. “Sin embargo, ha mostrado un considerable grado de dinamismo”, tal y como se recoge en el dato del PIB del cuarto trimestre, que creció un 0,6% en variación trimestral.
Para 2024, el Banco de España cree que el PIB del país se ralentizará al 1,6%, frente al 2,4% de 2023. Delgado ha explicado que durante este año el principal soporte de la actividad será la demanda interna, con un consumo “favorecido” por el aumento del empleo y de las rentas reales ante un contexto de moderación de la inflación.
Además, el supervisor prevé que en la inversión se refleje el efecto de los fondos Next Generation EU (NGEU), cuyo despliegue debería “ganar tracción” en 2024 y 2025.
Por su parte, Delgado cree que la demanda exterior neta se recuperaría, tras su “acusada contribución negativa” durante la primavera y el verano de 2023, si bien no espera que pueda impulsar el crecimiento del PIB con la misma intensidad con la que lo hizo en 2022 y, en menor medida, 2023.
En lo que respecta al empleo, el Banco de España cree que se moderará su dinamismo, en línea con la evolución de la actividad y con el supuesto de una cierta recuperación de la productividad.