Audi cerrará de manera definitiva su planta cercana a Bruselas a partir del 28 de febrero de 2025, según anunció este martes el periódico belga L’Echo, citando una reunión entre la dirección y los empleados, confirmada posteriormente por la compañía.
Además, el director de comunicaciones de Audi en Bruselas, Peter D’hoore, señaló que se están llevando a cabo conversaciones con los trabajadores sobre posibles despidos. Según la nota del diario, no se producirán despidos antes del 28 de febrero de 2025, y tras las vacaciones de Navidad, todos los departamentos retomarán el trabajo en dos turnos.
El informe menciona la posibilidad de que otro inversor asuma la planta, y se espera que Audi tome una decisión al respecto a inicios de noviembre. L’Echo, citando fuentes sindicales, indica que se trata de un fabricante de tractores. Audi solo ha dicho que es un productor de camiones y autobuses.
El cierre de está planta es acorde a las estimaciones, que anticipaban que Audi tuviera una caída de los volúmenes del Q8 e-tron del 60% en 2024 y del 70% en 2025, según los sindicatos.
Este cierre se suma a los múltiples cierres de plantas automovilísticas que se han anunciado durante este año. Volkswagen, que podría cerrar tres plantas en Alemania, dijo en julio que estaba considerando cerrar su planta en Bruselas, que emplea a unas 3000 personas, debido a la baja demanda de sus automóviles eléctricos de alta gama.
El CEO de la empresa, Thomas Schaefer, afirmó que algunas plantas eran el doble de caras en comparación con la competencia y también explicó que actualmente la empresa no gana suficiente dinero debido al aumento en sus costes de energía, materiales y personal.
“Además, en Volkswagen seguimos realizando internamente muchas tareas que la competencia ya han externalizado de forma más rentable. Esto significa que no podemos seguir como hasta ahora. Debemos encontrar rápidamente una solución conjunta y sostenible para el futuro de nuestra empresa”, explicó.
En respuesta a estos repentinos cierres de las plantas, miles de trabajadores alemanes han iniciado huelgas este martes a nivel nacional para presionar por salarios más altos, lo que agrava los problemas de las empresas preocupadas por seguir siendo competitivas a nivel mundial mientras las débiles exportaciones y los rivales extranjeros socavan sus fortalezas.
El empeoramiento de las perspectivas empresariales en la mayor economía de Europa ha aumentado la presión sobre el gobierno del canciller Olaf Scholz, quien ha convocado este martes a los líderes empresariales para discutir los problemas de la industria alemana. “No estamos ante una crisis cíclica, sino estructural, que persiste en Alemania”, aseguró el director general de la Cámara de Comercio e Industria Alemana, Martín Wansleben, y agregó que el Gobierno alemán está muy preocupado “por el hecho de que Alemania se esté convirtiendo en una carga económica para Europa y ya no puede cumplir su papel como caballo de batalla económico”.