La residencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la ciudad de Cesarea, fue blanco de un ataque con drones la pasada noche, según informó su oficina. El atentado no produjo víctimas y según las primeras investigaciones, fue perpetrado desde territorio libanés.
Medios de comunicación árabes señalaron que el ataque, en el que participaron tres drones, estaba dirigido específicamente a la residencia privada de Netanyahu. De acuerdo con las declaraciones del ejército israelí, dos de los vehículos aéreos no tripulados fueron derribados antes de que alcanzaran su objetivo, mientras que el tercero impactó en las cercanías de Cesarea. “En la última hora, tres drones fueron detectados cruzando desde el Líbano hacia Israel. Dos fueron interceptados, y el tercero colisionó en el área de Cesarea”, detalló el comunicado militar, subrayando que no hubo heridos tras el incidente.
Algunos medios israelíes, que citan a un alto funcionario, señalan a Irán como el presunto responsable del ataque contra la residencia del primer ministro, aunque no aportan pruebas que avalen esa afirmación.
Las autoridades policiales limitaron sus comentarios al confirmar que uno de los drones cayó en un barrio costero de la ciudad, sin proporcionar más detalles sobre el lugar exacto o posibles daños materiales. Sin embargo, el ejército confirmó que ningún civil resultó afectado y que los otros dos dispositivos voladores fueron interceptados antes de que causaran mayores estragos.
En el momento del ataque, el primer ministro y su esposa no se encontraban en su domicilio, según informaron fuentes de su oficina.
El incidente no se limitó a la zona de Cesarea. Horas después, las alarmas aéreas se activaron en Tel Aviv, a unos 55 kilómetros al sur, cuando otro dron se aproximó al distrito de Glilot. Esta zona alberga importantes instalaciones de seguridad, incluidas la sede del Mossad, el servicio de inteligencia exterior de Israel, y otros centros de inteligencia cruciales para la defensa del país.
El ejército israelí también informó de que las sirenas de alerta sonaron en diversas localidades del norte del país, incluidas áreas cercanas a la ciudad de Tiberíades, situada en la costa oeste del Mar de Galilea, en respuesta a los drones detectados.
Este tipo de ataques con drones no son nuevos en la región, pero este incidente refleja el aumento de las tensiones entre Israel y sus vecinos, especialmente con las facciones armadas que operan desde el Líbano. Israel ha sido blanco de diversos ataques aéreos no tripulados en los últimos años, lo que ha llevado al país a fortalecer su sistema de defensa antiaérea. A pesar de sus sofisticados sistemas defensivos, este episodio subraya que la amenaza de los drones sigue siendo un desafío significativo.
El uso de drones se ha convertido en una herramienta común en los conflictos de la región, especialmente en los ataques perpetrados por actores no estatales que buscan evitar enfrentamientos directos. En este sentido, la escalada de ataques aéreos no tripulados plantea nuevos retos para la seguridad de Israel y pone de manifiesto la complejidad de la situación en la frontera norte del país, donde la presencia de grupos armados como Hezbolá sigue siendo una fuente de tensión.
Las autoridades israelíes aún no han indicado cómo responderán a este incidente, pero el hecho de que la residencia del primer ministro fuera el objetivo sugiere que las represalias podrían ser inevitables.