Julian Assange hizo su primera declaración este martes diciendo que fue liberado de prisión no porque el sistema legal funcionara, sino sólo porque “se declaró culpable de periodismo”, después de un largo periplo judicial y por el que fue liberado el pasado 25 junio, acusado de la publicación de 16.000 documentos diplomáticos clasificados en 2010.
El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, recuperó su libertad tras una batalla judicial de más de una década. Como parte de un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, Assange se declaró culpable de un delito de espionaje frente a una corte federal en las Islas Marianas del Norte el pasado.
En su primera aparición pública desde que recibió su libertad, Assange habló ante el Comité de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos del Consejo de Europa. Destacó que el gobierno de Estados Unidos “insistió” en que aceptara no presentar un caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en su contra para concederle un acuerdo de culpabilidad.
En su discurso ha reiterado su papel por la libertad de expresión y que si fue liberado es porque se declaró culpable “de haber hecho periodismo, de obtener información de una fuente y de publicar esa información”. Igualmente, añadió que nunca habría sido liberado si activistas, funcionarios y muchos otros no hubieran protestado y hablado en su nombre.
La jueza que presidió la audiencia a Assange el 20 de mayo de este año le reconoció los cerca de 5 años que pasó encarcelado en Reino Unido, por lo que no quedó bajo custodia estadounidense y pudo recuperar su libertad.
El periodista australiano ha abordado su complicada situación después de su liberación. Primero, en 2012, en la Embajada de Ecuador en Londres, por un caso ya archivado en Suecia; y posteriormente detenido en Reino Unido desde 2019 hasta 2024, a petición de Estados Unidos, donde estuvo encarcelado en una prisión de alta seguridad.
De igual manera, en sus declaraciones, Assange afirmó que el exjefe de la CIA, Mike Pompeo, ordenó a la agencia que hiciera planes para “secuestrarlo y asesinarlo”, y también lo acusó de lanzar una “campaña de represalias” contra él y de atacar a su esposa y a su hijo pequeño.
Assange terminó su discurso mencionando que Estados Unidos estableció una posición jurídica global “peligrosa”, según la cual sólo los ciudadanos estadounidenses tienen derecho a la libertad de expresión, mientras que los extranjeros deben obedecer la ley de secretos de Estados Unidos fuera del país.