Alemania está preocupada por el impacto que los altos aranceles impuestos por la UE a los vehículos eléctricos chinos pueda ejercer sobre su propia industria automovilística. Según Bloomberg News, podría estar intentando suavizar esas tasas en conversaciones con la Unión Europea. Los fabricantes alemanes son los más expuestos de la UE a movimientos contra China, ya que casi un tercio de sus ventas de automóviles en 2023 proceden del gigante asiático.
Por su parte, Fitch Ratings asegura que es poco probable que los aranceles a estos productos chinos afecten al “panorama competitivo en Europa a corto plazo”; pero sí hay riesgos potenciales a largo plazo, especialmente, en Alemania. Sería la más afectada en caso de que China tome represalias con medidas más amplias que abarquen otro tipo de vehículos u otros sectores industriales. Sin embargo, Fitch no prevé que los aranceles comunitarios alteren las previsiones y augura que la cuota de mercado de vehículos eléctricos en Europa se mantendrá por debajo del 5% en los próximos años.