MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) estima que los cambios introducidos en la cotizaciones del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), con la segunda pata de la reforma del sistema de pensiones, supondrán una menor deuda para el conjunto de las administraciones públicas de 11 puntos del PIB en 2050.
En su ‘Opinión sobre la sostenibilidad de las Administraciones Públicas a largo plazo’, la AIReF explica que el aumento de esta cotización social finalista desde el 0,6% en 2023 al 1,2% en 2029 se reflejará en un incremento anual en términos de contabilidad nacional de 0,4 puntos de PIB del peso de las cotizaciones sociales, independientemente de que se destine a reducir el déficit o se acumule en el Fondo de Reserva.
Con la reforma del sistema de pensiones, el MEI sustituyó al Factor de Sostenibilidad, cuya eliminación supondrá un incremento del gastos de 0,8 puntos del PIB en 2050 y un aumento de la tasa de cobertura de 2,9 puntos. En 2070, la eliminación del factor de sostenibilidad supondría un aumento de 1,4 puntos de gasto y 5,3 puntos de la tasa de cobertura.
La AIReF analiza en esta opinión el resto de medidas aprobadas por el Gobierno para mejorar los ingresos del sistema, entre las que están la reforma de las cotizaciones de los trabajadores autónomos, la evolución de las bases máximas de cotización y la tasa de solidaridad, además del MEI.
La reforma de las cotizaciones de los trabajadores autónomos con el nuevo Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) por ingreso reales, con un sistema transitorio entre 2023 y 2032, tendrán un impacto neutro durante ese periodo, pero cambiará una vez finalizado. Para 2050, se espera que el nuevo RETA incremento los ingresos un 0,5% del PIB.
La AIReF precisa que irá valorando el posible impacto sobre el déficit a corto plazo a medida que se vayan definiendo el resto de las etapas del régimen transitorio.
“A partir de 2032, una vez finalizado el régimen transitorio, la AIReF supone que los trabajadores autónomos cotizarán según sus rendimientos declarados, lo que supondría un incremento de los ingresos estructural de 0,5 puntos del PIB con la estructura actual de rendimientos e incluyendo el potencial afloramiento de economía sumergida derivada del mayor cruce de información entre la Agencia Tributaria y la Seguridad Social”, agrega en su Opinión.
En su escenario base, la AIReF también recoge una evolución de las bases máximas de cotización entre 2024 y 2050, en función del IPC más una cuantía fija anual de 1,2 puntos porcentuales, mientras que la pensión máxima inicial se revalorizará en función del IPC más un incremento adicional de 0,0115 puntos porcentuales hasta 2050.
La evolución de las bases máximas de cotización a un ritmo superior a las pensiones máximas llevaría a una reducción del gasto de 4 décimas del PIB frente a la alternativa de que la pensión máxima crezca al mismo ritmo que las bases de cotización máximas.
Con el aumento de los salarios a un ritmo superior al de la pensión máxima, el porcentaje de personas que perciben la pensión máxima, y por lo tanto ven su pensión topada, aumenta. Este aumento conllevará a una reducción de la pensión media de las altas, que se traslada a una menor pensión media y una reducción del gasto, según la AIReF.
El impacto de revalorizar las bases máximas al IPC más 1,2 puntos frente a hacerlo sólo con el IPC sería de mayores ingresos anuales que llegan a alcanzar el 0,4 % del PIB en 2050. Para 2070, la AIReF mantiene ese porcentaje de impacto en el PIB.
El último punto para mejorar los ingresos del sistema es la introducción de la “cuota de solidaridad”, una cotización adicional sobre los rendimientos del trabajo que superen la base de cotización máxima, contemplado en la reforma de 2023.
La contribución será del 5,5% sobre la parte de la retribución comprendida entre la base máxima de cotización y el 10% superior a esa base máxima, del 6% sobre la parte de la retribución entre ese 10% y el 50% superior a la base máxima, y del 7% sobre la retribución que supere en más del 50% la base máxima de cotización. Esta cotización adicional irá aumentando progresivamente entre 2025 y 2045.
La AIReF estima que la medida incrementaría las cotizaciones sociales en un 0,1% de PIB de forma permanente una vez superado el periodo transitorio.
LOS GASTOS SUPERAN A LOS INGRESOS
En total, las medidas destinadas a mejorar los ingresos tendrían en 2050 un impacto de 1,3 puntos del PIB. Sin embargo, los gastos tendrán ese año un impacto de 2,4 puntos, lo que da un incremento del déficit de 1,1 puntos del PIB en 2050.
La AIReF señala en su informe que la mejora de los ingresos no compensa el incremento de gastos, impulsado, sobre todo, por la revalorización de las pensiones con el IPC, con un impacto de 2,7 puntos del PIB y de 9,4 puntos de la tasa de cobertura en 2050. En 2070, el impacto sería de 2,5 puntos en el gasto y 9,1 puntos en la tasa de cobertura.
La AIReF también contempla entre los gastos la eliminación del factor de sostenibilidad, con un incremento de 0,8 puntos del PIB en 2050 de 0,8 puntos del PIB y un aumento de la tasa de cobertura de 2,9 puntos. En 2070, la eliminación del factor de sostenibilidad supondría un aumento de 1,4 puntos de gasto y 5,3 puntos de la tasa de cobertura.
Los nuevos incentivos para aumentar la edad efectiva de jubilación, con la revisión de los coeficientes aplicables a la jubilación anticipada y demorada y la posibilidad de sustituir el incremento de la pensión por un pago único en el momento de la jubilación demorada, tendrían un efecto neutro en los gastos, tanto en 2050 como en 2070.
Por su parte, los incentivos a la jubilación demorada supondrían un ahorro de 0,8 puntos del PIB en 2050 y de 1,1 puntos en 2070. Para esta estimación, la AIReF toma como hipótesis en su escenario base que un 30% de los trabajadores decidan demorar su jubilación frente al 6% actual.
Además, la AIReF recuerda que la jubilación demorada no sólo afecta directamente al gasto en pensiones, sino que también determina las tasas de participación en el mercado laboral, afectando al crecimiento del PIB.
Por el último, la AIReF estudia el impacto en los gastos de la reforma del periodo de cómputo para el cálculo de la pensión, con un sistema dual que entre 2026 y 2040 permitirá a los futuros pensionistas elegir una base reguladora a partir de 25 años o de 29 años con la opción de descartar los dos peores.
La AIReF estima que el impacto de este aumento del periodo de cómputo de las carreras de cotización a 29 años para seleccionar los 27 años mejores en 2070 será de alrededor de una décima. Durante el periodo transitorio, el impacto será un ligero aumento del gasto en 2040.