MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
Una vez finalizado el año 2023, Airbus y Boeing han logrado cumplir sus respectivos objetivos de entregas anuales, ya que el fabricante europeo alcanzó los 735 envíos totales, 15 más que su meta anual, mientras que su rival llegó a las 396 entregas de la familia 737, por encima de los 375 aeronaves previstas para finalizar el año.
Sumando todos los modelos, la compañía europea suma 203 aviones entregados más que el competidor estadounidense en 2023, lo que supone un 11% más que los del año anterior. Por su parte, Boeing entregó 48 aeronaves más que los de 2022.
En cuanto a los pedidos, Airbus vuelve a superar al fabricante norteamericano, con 2.094 encargos, 1.274 aeronaves más que 2022, frente a los 1.456 de Boeing.
Para el consejero delegado de Airbus, Guillaume Faury, “2023 ha sido un año histórico para el negocio de aviones comerciales de Airbus, con unas ventas y entregas excepcionales, en el extremo superior de nuestro objetivo”.
Además, Faury señalo en un comunicado una serie de factores que ayudaron a alcanzar sus objetivos: “la mayor flexibilidad y capacidad de nuestro sistema industrial global, así como la fuerte demanda de las aerolíneas para renovar sus flotas con nuestros aviones más modernos y eficientes en cuanto a consumo de combustible”.
A pesar de estas buenas noticias a nivel de cifras, ambos fabricantes han tenido problemas para seguir el ritmo de la creciente demanda de nuevos aviones de bajo consumo tras la pandemia del Covid-19.
Además, Boeing y Airbus han estado lidiando con la interrupción de los envíos de su conjunto de proveedores y con sus propios déficits mientras trabajaban para acelerar la producción.
CRISIS DE SEGURIDAD EN BOEING
El cumplimiento de su meta anual de entregas no ha aliviado la crisis actual que vive Boeing, y es que el pasado 5 de enero ocurrió un incidente aéreo en el que en un avión 737 MAX 9, operado por Alaska Airlines, se desprendió un panel de salida que obligó a un aterrizaje forzoso.
La gravedad del accidente provocó que la Administración Federal de Aviación (FAA) decidiera paralizar todos los vuelos en territorio nacional de unos 171 aviones 737 MAX 9 y abriera una investigación formal al fabricante norteamericano.
Por su parte, los operadores estuvieron realizando inspecciones preliminares estos días antes de la aprobación final de la FAA. En este sentido, tanto United Airlines o Alaska Airlines han comunicado que encontraron piezas o pernos sueltos en algunos de sus aviones Boeing 737 MAX 9.
Además de este reciente incidente, la compañía lleva meses experimentando problemas de producción que afectan al 737 MAX, en concreto, al mamparo de presión de popa, lo que provocó que la compañía redujera su objetivo anual de entregas de este tipo de aviones.
PROBLEMAS PARA SATISFACER LA DEMANDA EN AIRBUS
La creciente demanda de aviones es un 20% superior a la capacidad de producción de Airbus si tuviera los componentes suficientes, lo que sitúa este asunto como la “prioridad” del fabricante de aeronaves, que busca aumentar su plantilla más allá de los 13.000 puestos anuales, renovar su flota e invertir en tecnologías sostenibles en los próximos años.
Así lo manifestó la compañía en un encuentro informativo a finales de 2023, en el que destacó este problema como su “principal reto”, ya que “ahora mismo no hay capacidad para satisfacer la alta demanda de aviones”. “En este 2023 la situación es sensiblemente mejor, pero aún así todavía no estamos completamente fuera de las dificultades”, añadió.
Otra cuestión añadida es la necesidad de renovar la flota en busca de una mayor sostenibilidad, teniendo en cuenta que el 25% de la flota actual tiene que renovarse en los próximos 10 años.
Asimismo, la compañía puso el foco en los proveedores, que “están teniendo dificultades en los motores, tanto problemas de suministro como de tiempos estimados”. Actualmente, Airbus cuenta con 3.000 proveedores directos y mas de 15.000 indirectos.
Pese a ello, la compañía resaltó que está bastante alineada con la senda de previsiones del último trimestre y cierre del año. Por tanto, aclaró que “no cree que nada impacte en el presupuesto previsto”.