MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El curso de destinos turísticos inteligentes, organizado por Segittur y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), ha contado con la participación de 40 alumnos de 16 países de América Latina.
En concreto, algunos de esos países son Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
Para Segittur, esa participación pone de manifiesto el creciente interés del mundo y, especialmente de América Latina, en el modelo español de destinos turísticos inteligentes, ya que “constituye una apuesta por el desarrollo de un modelo de turismo sostenible”.
El presidente de Segittur, Enrique Martínez, ha destacado que en el curso se han analizado los principales retos y claves para una gestión turística “capaz de impulsar políticas activas de reactivación de la demanda y dar respuesta a la crisis actual”.
En este sentido, Martínez ha subrayado que “la gestión turística presenta retos y problemáticas comunes compartidas por los destinos tanto españoles como de la región latinoamericana”.
RETOS DEL TURISMO
Entre los principales retos de los destinos turísticos se han identificado la recuperación en tiempos de pandemia, que incluye las preocupaciones sanitarias, los trastornos del suministro y las presiones de precios; y la sostenibilidad, abordando los desafíos impuestos por el cambio climático, el Green New Deal, la economía circular y la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
Asimismo, se incluyen como desafíos la digitalización, como palanca de la transformación turística en un contexto de creciente incertidumbre; y los turistas, abordando los cambios tanto demográficos como en su comportamiento, así como las nuevas necesidades derivadas de ello.
En el curso también se ha hablado sobre las claves para la reactivación de los destinos desde el modelo de destinos turísticos inteligentes, entre las que se han identificado el refuerzo de la gobernanza turística, la planificación estratégica y la cooperación; así como la apuesta por la I+D+i como fuente de competitividad, y la tecnología como elemento facilitador.