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El objetivo es tratar de seguir insuflando fuerza a la economía para llegar en la mejor condición posible al final de la legislatura. Sorprende que en 2022 donde los gastos de la pandemia son menores se mantenga esa intensidad de gasto. No se entiende.
Aprovechar la suspensión de las reglas fiscales europeas para seguir manteniendo un déficit elevado es un error. La deuda va a seguir creciendo a un ritmo brutal y eso condicionará las políticas públicas de los próximos años. A partir del año que viene los costes de financiación serán mayores. Perdemos una vez más la oportunidad.