La Unión Europea avanza en la preparación de un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, destinado a intensificar la presión económica sobre Moscú por su invasión a gran escala de Ucrania. Las medidas contempladas incluyen restricciones a las importaciones de aluminio ruso y una posible eliminación progresiva del gas natural licuado (GNL) proveniente de ese país, según fuentes familiarizadas con las discusiones citadas por Bloomberg.
Este nuevo conjunto de sanciones sería el decimosexto adoptado por el bloque desde el inicio del conflicto y abarcaría medidas adicionales para limitar el acceso de Rusia a bienes de doble uso —aquellos que pueden emplearse con fines militares—, sanciones a más buques de la “flota paralela” de petroleros rusos y una ampliación del veto al uso del sistema de pagos internacionales SWIFT para ciertos bancos.
Restricciones graduales y una hoja de ruta energética
Las restricciones a las importaciones de aluminio ruso se implementarán de manera gradual, aunque los detalles sobre su alcance y cronograma están aún en discusión. En cuanto al GNL, los funcionarios consideran dos enfoques: aplicar sanciones directas o establecer una hoja de ruta vinculante para eliminar progresivamente las importaciones. Se espera que la Comisión Europea presente esta hoja de ruta el próximo mes.
Si bien algunos Estados miembros abogan por una prohibición total del gas ruso, cualquier medida requerirá la aprobación unánime de los 27 países del bloque, lo que complica su implementación. Las sanciones ofrecen el respaldo legal para cancelar contratos con proveedores rusos, pero suelen tener un carácter temporal, lo que podría limitar su impacto a largo plazo.
Presión energética y dependencia persistente
A pesar de las sanciones previas, Europa sigue siendo uno de los mayores mercados para el GNL ruso. Las importaciones de este combustible alcanzaron niveles récord en 2023, impulsadas por una demanda creciente y temores de desabastecimiento durante los meses de invierno.
Rusia, que suministraba aproximadamente el 6% del aluminio consumido en la UE antes de la invasión, ha visto disminuir sus exportaciones a la región a la mitad debido a autosanciones corporativas y el rediseño de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, países como China han incrementado significativamente sus compras de aluminio ruso, lo que podría moderar el impacto de una prohibición europea.
Tensiones en el comercio global
Además de las restricciones energéticas, la UE evalúa sancionar a empresas de terceros países, como China y los Emiratos Árabes Unidos, acusadas de facilitar el acceso de Rusia a tecnologías críticas para su industria militar. También se planea cerrar lagunas legales que han permitido a Moscú evadir sanciones anteriores y aumentar los aranceles sobre productos agrícolas y fertilizantes rusos.
La adopción de este nuevo paquete de medidas está prevista para el próximo mes, coincidiendo con el tercer aniversario de la invasión de Ucrania. Con este paso, la UE reafirma su compromiso de aumentar la presión sobre Rusia mientras busca reforzar su propia seguridad energética y limitar su dependencia de suministros clave.