El expresidente Donald Trump, quien regresará al poder el 20 de enero tras su reelección, considera declarar una emergencia económica nacional para justificar una nueva ronda de aranceles universales que afectarán tanto a aliados como a rivales comerciales. Según fuentes cercanas a las discusiones citadas por CNN, la medida tiene como objetivo corregir lo que Trump describe como un desequilibrio comercial mundial perjudicial para la economía estadounidense.
¿Qué implicaría una declaración de emergencia económica?
La Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA, por sus siglas en inglés) permitiría a Trump manejar las importaciones con gran libertad durante una emergencia nacional. Esta ley ha sido una herramienta clave en su enfoque proteccionista: en 2019, Trump la usó para amenazar con aranceles sobre México, presionando al país para que endureciera sus políticas migratorias. Aunque esos aranceles no se materializaron, la mera amenaza provocó intensos debates legales y políticos.
La posibilidad de utilizar nuevamente la IEEPA está generando una profunda reflexión en su equipo. Fuentes cercanas aseguran que no hay decisiones definitivas, pero todas las opciones legales están bajo revisión.
Otras vías legales en la mira
Además de la IEEPA, Trump podría recurrir a la sección 338 de la ley comercial, que autoriza represalias arancelarias específicas contra países que discriminen el comercio estadounidense. Otra herramienta sería la sección 301, usada para imponer tarifas a China en su primer mandato. Aunque esta última requiere investigaciones y permite presiones corporativas para exenciones, su estructura aún ofrece flexibilidad.
Kelly Ann Shaw, asesora económica del expresidente, subraya que las leyes actuales proporcionan un amplio margen de maniobra para imponer aranceles, según cita CNN. Sin embargo, declarar una emergencia permitiría un enfoque más inmediato y menos sujeto a revisión pública.
Perspectivas políticas y económicas
Durante una reciente conferencia, Trump reconoció los retos inflacionarios pero expresó optimismo sobre el futuro económico de Estados Unidos. Sus partidarios afirman que una política comercial firme es fundamental para revitalizar la industria manufacturera y proteger la seguridad nacional.
Mientras el equipo de transición sopesa sus opciones, el panorama comercial internacional podría cambiar drásticamente. Las decisiones futuras definirán el rumbo de la política arancelaria y su impacto sobre la economía global.