Corea del Sur se adentra en una nueva fase de agitación política después de que el parlamento, dominado por la oposición, destituyera al presidente interino y primer ministro, Han Duck-soo. La decisión, aprobada el viernes, marca la primera vez que un presidente interino es sometido a un proceso de destitución en el país, agravando las tensiones tras el reciente impeachment del presidente Yoon Suk Yeol.
Destitución histórica
La destitución de Han se produjo tras su negativa a nombrar a tres jueces para llenar vacantes en el Tribunal Constitucional, lo que desencadenó acusaciones de la oposición de “obstrucción institucional”. El parlamento argumenta que las vacantes judiciales complican la resolución de juicios políticos como el de Yoon, cuya suspensión sigue pendiente de confirmación por el Tribunal Constitucional.
En respuesta, Han declaró que respetaría la decisión parlamentaria y aguardaría el fallo del tribunal sobre su destitución. Sin embargo, miembros del gobernante Partido del Poder Popular (PPP) señalaron que la votación podría ser inválida, argumentando que, al igual que en el caso de Yoon, se requiere una mayoría calificada de dos tercios para destituir a un presidente interino.
El ministro de Finanzas, Choi Sang-mok, ha asumido temporalmente el cargo de presidente interino, aunque advirtió que sus capacidades en el puesto serían limitadas y que la decisión podría perjudicar la estabilidad económica del país.
Crisis judicial y política
El impeachment de Han ocurre mientras el Tribunal Constitucional del país lleva a cabo las primeras audiencias sobre el juicio político a Yoon, quien fue suspendido tras un fallido intento de imponer la ley marcial a principios de mes. El tribunal necesita al menos seis votos de sus jueces para confirmar el impeachment presidencial, pero actualmente cuenta con solo seis miembros activos, lo que podría complicar el proceso si no se cubren las vacantes.
La oposición, liderada por el Partido Democrático, ha advertido sobre una posible cascada de juicios políticos contra otros miembros del gabinete para reducir el umbral necesario para la destitución de Yoon. Por su parte, el tribunal ha indicado que puede proceder con menos jueces, aunque esto no está exento de críticas y controversias.
Impacto económico
La creciente inestabilidad política está afectando la economía surcoreana en un momento crítico. El won cayó un 0,5 % frente al dólar, alcanzando su nivel más bajo desde 2009, mientras que el índice bursátil Kospi perdió un 1 % debido a una ola de ventas extranjeras.
Analistas advierten que la incertidumbre política podría agravar los problemas económicos en un momento en que las exportaciones, un pilar de la economía surcoreana, muestran signos de desaceleración. Además, se espera que el próximo gobierno estadounidense implemente aranceles más altos, lo que podría incrementar las dificultades comerciales para Corea del Sur.
Repercusiones políticas
La controversia por el impeachment de Han se suma al clima de polarización política en Corea del Sur. Lee Jae-myung, líder del Partido Democrático, acusó a Han de “actuar en favor de la insurrección”, mientras que Kwon Sung-dong, líder del PPP, calificó la medida como un intento de la oposición de “desestabilizar al país para tomar el poder”.
El expresidente Yoon, suspendido y enfrentando cargos de traición y abuso de poder, ha prometido no rendirse. Su caso, junto con el impeachment de Han, refleja un clima político tenso y con repercusiones a largo plazo para la gobernabilidad y la economía surcoreanas.
El futuro inmediato
Con el Tribunal Constitucional deliberando sobre el destino político de Yoon y Han, y una economía que enfrenta crecientes desafíos, Corea del Sur está inmersa en una crisis que podría redefinir su panorama político. Mientras tanto, la incertidumbre continúa pesando tanto sobre la estabilidad política interna como sobre la percepción internacional del país.