Donald Trump ha vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de que Estados Unidos adquiera Groenlandia, el vasto territorio autónomo de Dinamarca. En una declaración reciente en Truth Social, el expresidente calificó la propiedad y el control de la isla como una “absoluta necesidad” para la seguridad nacional de su país. Este comentario reaviva un polémico debate que surgió en 2019, cuando Trump propuso comprar Groenlandia, una oferta que Dinamarca rechazó tajantemente calificándola de absurda.
“Para fines de seguridad nacional y libertad en todo el mundo, Estados Unidos considera que la propiedad y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta”, afirmó Trump. Esta declaración llega en un contexto geopolítico sensible, marcado por la guerra en Ucrania y un renovado interés en el Ártico como zona estratégica. Groenlandia, ubicada entre el Ártico y el Atlántico Norte, ya juega un papel clave en la defensa estadounidense, al albergar una base aérea y una estación de radar que forman parte del sistema de alerta temprana de misiles.
La nominación de Ken Howery, cofundador de PayPal, como embajador de Estados Unidos en Dinamarca por parte de Trump, añade otro elemento a la ecuación. Howery, quien fue embajador en Suecia entre 2019 y 2021, respondió al anuncio subrayando su intención de “fortalecer los lazos” entre Estados Unidos, Dinamarca y Groenlandia. Sin embargo, el primer ministro groenlandés, Mute Bourup Egede, fue contundente al responder que “la isla no está en venta y nunca lo estará”. Egede, aunque dejó claro que Groenlandia no es negociable, destacó que la isla sigue abierta a la cooperación y el comercio, especialmente en el área de minerales críticos.
El renovado interés de Trump en Groenlandia no puede verse como un simple capricho. La guerra en Ucrania ha elevado la importancia estratégica de la región ártica, y Groenlandia, con sus vastos recursos naturales y su posición geográfica, se ha convertido en un punto de interés tanto para Estados Unidos como para sus aliados en la OTAN. En ese sentido, el territorio no solo representa un activo militar, sino también una oportunidad para desarrollar nuevas relaciones comerciales y de defensa.
La ambición por Groenlandia no es nueva para Trump
A pesar de su insistencia, la propuesta de Trump vuelve a generar tensiones con Dinamarca. En 2019, su oferta de compra provocó un enfrentamiento diplomático que incluso llevó a Trump a cancelar una visita oficial al país. En esta ocasión, el gobierno danés aún no ha respondido oficialmente a las declaraciones más recientes del expresidente.
Curiosamente, esta nueva afirmación de Trump se produce en el marco de otras propuestas controvertidas, como la idea de recuperar el control del Canal de Panamá o incluso de convertir a Canadá en el 51.º estado de la Unión. Estas declaraciones subrayan su enfoque poco convencional en política internacional y plantean dudas sobre la viabilidad real de sus propuestas.
En definitiva, el renovado interés de Trump en Groenlandia refleja tanto la importancia estratégica de la región como las prioridades geopolíticas de Estados Unidos. Sin embargo, la resistencia de Dinamarca y Groenlandia sugiere que cualquier intento de avanzar en este tema podría encontrar fuertes obstáculos. ¿Es este un movimiento estratégico calculado o simplemente otro capítulo en la larga lista de controversias de Trump? El tiempo lo dirá.