El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, se han reunido en Varsovia este jueves; se especulaba que, entre los temas sobre la mesa, estuviera el debate de la viabilidad de desplegar tropas europeas en una misión de mantenimiento de la paz en Ucrania, siempre y cuando se alcanzase un acuerdo de alto el fuego. Sin embargo, tal extremo ha sido desmentido por el propio Tusk, quien ha asegurado que “las tropas polacas no entrarán en Ucrania ni tras el alto el fuego”.
La reunión en la capital polaca se produce días después de que Macron mantuviera conversaciones en París con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y con el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski. En estas reuniones, Zelenski destacó los riesgos de un “conflicto congelado” con Rusia y pidió garantías de seguridad más sólidas por parte de los aliados occidentales. Por su parte, Trump aseguró que buscará una resolución rápida del conflicto cuando asuma su mandato en enero.
Estrategias conjuntas para apoyar a Ucrania
El encuentro entre Macron y Tusk incluye la exploración de medidas a corto y largo plazo para respaldar a Ucrania. La posible misión de paz dependerá de un eventual acuerdo entre Kiev y Moscú, aunque hasta el momento, el presidente ruso, Vladímir Putin, no ha mostrado intenciones de negociar un cese al fuego. Mientras tanto, países como China y Brasil han presentado iniciativas alternativas para poner fin a las hostilidades, sin resultados concretos.
Polonia, que comparte frontera con Ucrania y actúa como un nodo clave en la distribución de ayuda militar occidental, jugará un papel central en este contexto. Además, asumirá la presidencia rotatoria de la Unión Europea a partir de enero de 2025, lo que otorga a Tusk una posición estratégica en las decisiones regionales. El líder polaco indicó recientemente que las conversaciones para detener la guerra podrían comenzar durante el invierno.
Un desafío diplomático y militar para Europa
La posibilidad de enviar tropas europeas a Ucrania ya había sido planteada por Macron en febrero, aunque enfrentó resistencia por parte de socios clave como Alemania. Ante esto, el presidente francés propuso alternativas no militares, como operaciones de desminado y el envío de asesores para capacitar a las fuerzas ucranianas en el manejo de equipo occidental. Sin embargo, un despliegue militar directo podría interpretarse como una escalada en el conflicto, arriesgando una respuesta hostil del Kremlin.
El contexto interno también representa un desafío para Macron, quien enfrenta tensiones políticas tras la caída de su primer ministro, Michel Barnier, la semana pasada. La falta de consenso en la Asamblea Nacional ha complicado la aprobación del presupuesto de 2025, poniendo en peligro proyectos clave en defensa y seguridad.
Un frente unido entre Francia, Polonia y Estados Unidos
En reuniones privadas con asesores de Trump, funcionarios franceses han insistido en que la derrota de Ucrania tendría consecuencias graves tanto para Europa como para la posición geopolítica de Estados Unidos. Según estas fuentes, el más reciente encuentro entre Macron, Trump y Zelenski fue calificado como “positivo y constructivo”. Durante su visita a París, Trump también asistió a la reapertura de la catedral de Notre Dame, en su primer viaje al extranjero tras ganar las elecciones.
Con un escenario internacional en constante evolución, la cooperación entre Europa y Estados Unidos será clave para garantizar el apoyo necesario a Ucrania y buscar una solución pacífica al conflicto que ya lleva casi tres años.