El intercambio de disparos entre Israel y Hezbolá de estos últimos días pone en jaque el frágil acuerdo de alto el fuego negociado por Estados Unidos, que entró en vigor hace menos de una semana. El acuerdo prohíbe a Israel realizar operaciones militares ofensivas en Líbano y exige que las autoridades libanesas impidan ataques de grupos armados, incluido Hezbolá, contra Israel.
Los bombardeos se produjeron poco después de que Hezbolá acusara a Israel de violar un acuerdo de alto el fuego vigente. En respuesta, el grupo respaldado por Irán lanzó misiles contra una posición militar israelí en la disputada zona de las Granjas de Shebaa, justificando el ataque como una medida de advertencia.
En esta misma línea, el ministro de Defensa isarelí, Israel Katz, dijo este martes que el ejército israelí ya no respetará las exenciones para Líbano si el alto el fuego con Hezbolá colapsa y que no distinguirá entre los combatientes de Hezbolá y el ejército libanés. Katz subrayó que el ejército libanés debe aplicar el alto el fuego y mantener a Hezbolá al norte del río Litani, de conformidad con el acuerdo.
Al menos nueve personas murieron y tres resultaron heridas este lunes en ataques israelíes contra dos ciudades de Talousa y Haris, en el sur de Líbano. Según el ejército israelí, los ataques apuntaron a “docenas de objetivos” de Hezbolá en todo el país. Horas antes, las autoridades libanesas habían reportado otras dos muertes en ataques similares en la misma región.
Cruce de acusaciones Israel-Hezbolá
El ejército israelí informó que los dos misiles lanzados por Hezbolá no causaron víctimas. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió una respuesta “enérgica”. Mientras tanto, las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron este lunes que sus tropas “están ahora atacando objetivos en Líbano”, acción respaldada por el jefe de Estado Mayor de las FDI, el teniente general Herzi Halevi. Durante su visita a las tropas en el sur de Líbano, Halevi declaró: “Atacaremos con fuerza ante las graves violaciones de Hezbolá, y seguiremos haciéndolo”.
Por su parte, Nabih Berri, presidente del Parlamento libanés y aliado de Hezbolá, acusó a Israel de haber violado el alto el fuego en al menos 54 ocasiones desde el 27 de noviembre. Ante estas acusaciones, el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gideon Saar, negó cualquier infracción al acuerdo por parte de Israel y acusó a Hezbolá de trasladar armas al sur del río Litani, incumpliendo los términos del alto el fuego. “Estamos comprometidos con el éxito del alto el fuego, pero no volveremos a la situación previa al 6 de octubre de 2023”, afirmó Saar en un comunicado.
Preocupación internacional
Estados Unidos expresó su preocupación por la creciente tensión y el riesgo de colapso del alto el fuego. Según el medio Axios, funcionarios estadounidenses habrían advertido a Israel sobre el peligro de “jugar un juego peligroso” en este contexto. No obstante, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, aseguró que “en términos generales, el alto el fuego se mantiene”, destacando que ha habido una “reducción drástica de la violencia” y que el mecanismo de monitoreo sigue funcionando.