La inflación en la eurozona alcanzó el 2,3% en noviembre en comparación con el mismo mes del año anterior, superando el objetivo del 2% establecido por el Banco Central Europeo. Este dato, anunciado por Eurostat, representa un ligero aumento respecto al 2% registrado en octubre y coincide con las proyecciones de los analistas. A pesar de este repunte, los responsables de política monetaria del BCE mantienen sus planes de continuar reduciendo las tasas de interés.
La inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como alimentos y energía, se mantuvo estable en un 2,7%, desafiando las expectativas de un leve incremento. Mientras tanto, los costos de los servicios, aunque bajaron marginalmente del 4% al 3,9%, siguen siendo elevados. Los bienes industriales no energéticos mostraron un aumento por segundo mes consecutivo, lo que refleja focos de presión inflacionaria persistente.
Próximas decisiones del BCE
El BCE planea realizar una cuarta reducción consecutiva de las tasas de interés en su reunión de diciembre, con un ajuste esperado de un cuarto de punto porcentual. Actualmente, la tasa de depósito se encuentra en el 3,25%, y algunos miembros del Consejo de Gobierno consideran necesario reducirla rápidamente al 2%, un nivel que consideran neutral para la economía.
Voces moderadas, como las de Yannis Stournaras, de Grecia, y Mario Centeno, de Portugal, advierten que un debilitamiento económico podría hacer que la inflación caiga por debajo del objetivo. Por otro lado, figuras como François Villeroy de Galhau, de Francia, y Fabio Panetta, de Italia, sugieren que incluso podría ser necesario adoptar una política expansiva para fomentar el crecimiento.
No obstante, los halcones del BCE, liderados por Joachim Nagel, presidente del Bundesbank, piden cautela. Argumentan que la inflación en el sector servicios, los aumentos salariales y las tensiones geopolíticas representan riesgos que justifican un enfoque más conservador respecto a nuevos recortes.
Incertidumbre económica y geopolítica
El contexto global añade complejidad a las decisiones del BCE. La reelección de Donald Trump en Estados Unidos y los posibles cambios en la política comercial, como la imposición de nuevos aranceles, podrían impactar el crecimiento económico de Europa. Según la presidenta del BCE, Christine Lagarde, estas medidas tendrían un efecto “levemente inflacionario” a corto plazo, aunque el impacto a largo plazo sigue siendo incierto.
Las expectativas de inflación a medio plazo en los mercados cayeron por debajo del 2% esta semana, reflejando preocupaciones de los inversores. Además, una encuesta del BCE sobre las perspectivas de los consumidores mostró una ligera alza en las expectativas de inflación, lo que subraya la necesidad de monitorear de cerca los desarrollos económicos.
Proyecciones futuras
El BCE presentará en diciembre nuevas proyecciones económicas que serán clave para definir la estrategia de relajación monetaria en 2024. Mientras algunos funcionarios creen que la inflación del 2% podría lograrse a principios de 2025, la Comisión Europea estima que este objetivo podría tardar más tiempo en alcanzarse.
A medida que la inflación continúa siendo elevada en ciertos sectores, las próximas semanas serán determinantes para evaluar la dirección de la política monetaria y su impacto en la estabilidad económica de la eurozona.