El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, subrayó la importancia de que su país forme parte plena de los esfuerzos de defensa de la Unión Europea, asegurando que la inclusión de Turquía es esencial para garantizar la paz y la seguridad en Europa.
En una reunión celebrada en Hungría con el primer ministro holandés, Dick Schoof, Erdogan afirmó que “no hay justificación razonable” para bloquear la adhesión de Turquía a la UE. Además, destacó los esfuerzos que está realizando su país para lograr la adhesión a la UE, así como los beneficios mutuos para Ankara y Bruselas de actualizar el acuerdo de “Unión Aduanera”. Erdogan también pidió una “cooperación concreta” de las naciones europeas en la lucha contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán.
El proceso de adhesión de Turquía a la UE comenzó en 2005, pero se estancó en 2018 debido a varios puntos de fricción. Entre las principales preocupaciones de la UE están las restricciones a la libertad de prensa en Turquía, el creciente control ejecutivo sobre el poder judicial y la falta de supervisión civil sobre las fuerzas de seguridad turcas. A pesar de los avances en algunas áreas, el estancamiento ha llevado a una creciente frustración en Ankara.
Paralelamente a su persistente búsqueda de adhesión a la UE, Turquía ha dado un giro a su enfoque geopolítico al presentar una solicitud oficial para unirse a los BRICS, el grupo de economías emergentes originalmente compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Sobre esta petición, el presidente ruso, Vladimir Putin, acogió con agrado esta aspiración, según informes de medios turcos, y dijo que “apoyará plenamente” la inclusión de Turquía en el grupo.
Sin embargo, durante la XVII cumbre de los BRICS, celebrada del 22 al 24 de octubre, se decidió que Turquía solo podrá ingresar al bloque, por el momento, como un “país socio”, junto con otros 13 países interesados en convertirse en miembros oficiales de los BRICS.
La diferencia entre los miembros de los BRICS y los socios es que los miembros oficiales del grupo tienen derecho a voto en los asuntos del bloque, participación plena en las cumbres y reuniones, y un compromiso y representación totales del bloque. Putin destacó que el estado de socio es una “primera fase” en el camino hacia un “posible estatus de miembro”.
Mientras que Turquía tiene derecho a decidir sobre sus propias asociaciones internacionales, las expectativas de la UE son claras: se espera que todos los países candidatos apoyen los valores de la UE de manera “firme e inequívoca”, que respeten las obligaciones derivadas de los acuerdos comerciales pertinentes y se alineen con la política exterior y de seguridad común de la UE.
En un informe anual de 2023, los parlamentarios europeos concluyeron que la “tasa de armonización de Turquía con la política exterior y de seguridad común de la UE ha caído a un mínimo histórico del 7%”, lo que la convierte, en la más baja de todos los aspirantes a miembros. Esto subraya las dificultades y obstáculos que enfrenta Ankara en su relación con Bruselas, lo que podría haber motivado su búsqueda de alternativas dentro de otras alianzas geopolíticas como los BRICS.