Claves del día de Jose Antonio Vizner
A menos de una semana de las elecciones, los candidatos queman los últimos cartuchos. En Washington, Harris enfatizó la amenaza que cree que la figura de Trump representa para el país. De acuerdo con las encuestas más recientes de Reuters, Harris mantiene una ligera ventaja con el 44% de intención de voto frente al 43% de Trump. No obstante, el margen es tan estrecho que refleja una campaña cargada de incertidumbre. Para muchos participantes, el mensaje de Harris parece ser claro: si no se elige a los demócratas, Estados Unidos podría entrar en un terreno peligroso. A mi parecer, esta estrategia revela una profunda desconfianza en el electorado sobre la capacidad del sistema para mantenerse estable ante un cambio tan radical.
Por otro lado, en el ámbito internacional, hay indicios de que Ucrania y Rusia podrían estar explorando una tregua para evitar ataques a instalaciones energéticas, al menos durante el invierno. Según el Financial Times, estas conversaciones, mediadas por Qatar, buscan proteger las plantas de energía en una época crucial, lo que abriría una pequeña ventana hacia un posible diálogo de paz. Como alguien que sigue de cerca el conflicto, veo con escepticismo estas negociaciones, pues en el pasado hemos visto cómo las treguas se rompen y los esfuerzos diplomáticos fracasan. Aun así, cualquier indicio de desescalada siempre es bienvenido.
Mientras tanto, en Europa, se libra una batalla comercial diferente pero con implicaciones igualmente profundas. La Unión Europea ha decidido aplicar aranceles al coche eléctrico chino, una medida que, según Bruselas, busca establecer una competencia justa en el mercado europeo. Sin embargo, las negociaciones con China hasta ahora no han sido fructíferas, lo que hace prever una escalada de tensiones comerciales. Esta decisión de Bruselas responde a la necesidad de proteger a la industria europea, pero a largo plazo, ¿cómo afectará esto a la competitividad de las empresas locales? A mi juicio, aunque la intención de estos aranceles es comprensible, no deja de preocupar el impacto negativo que podría tener en el sector industrial europeo.
China, por su parte, continúa avanzando económicamente a un ritmo impresionante. Desde antes de la pandemia, su “market share” ha experimentado un crecimiento significativo, mientras Europa parece cada vez más enfocada en la regulación y en los aranceles, dejando de lado una visión de desarrollo global. Este contraste me hace cuestionar si Europa está realmente preparada para competir en una economía globalizada o si se está quedando rezagada.