El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI) ha lanzado este martes una advertencia a Israel, insinuando la posibilidad de más ataques “aplastantes” en los próximos días, según Sky News Arabia. La tensión entre ambos países ha ido en aumento en los últimos meses, con varios intercambios de ataques y amenazas que mantienen la región en vilo. La CGRI también prometió que Israel podría enfrentar “sorpresas como nunca antes ha visto”, aunque no se dieron detalles sobre la naturaleza de estas posibles acciones. Mientras, Israel no descarta volver a atacar a Irán.
En un movimiento que subraya el endurecimiento de su postura, el gobierno iraní ha anunciado un incremento significativo en su presupuesto militar. La portavoz gubernamental, Fatemeh Mohajerani, informó a medios estatales que la propuesta de presupuesto presentada al Parlamento contempla un aumento del 200% en el gasto de defensa, una medida que busca reforzar la capacidad militar iraní en respuesta a los recientes enfrentamientos con Israel. Este incremento refleja la gravedad de la situación y la determinación de Irán de responder de forma contundente a cualquier amenaza que perciba en su contra.
El conflicto se intensificó el pasado sábado, cuando Israel lanzó un ataque contra instalaciones militares en Irán, presuntamente en represalia por un bombardeo con misiles iraníes del 1 de octubre. Israel afirmó que sus sistemas de defensa lograron interceptar varios de los misiles, aunque el incidente marcó una escalada significativa en los enfrentamientos. El lunes, Irán respondió declarando que está dispuesto a “utilizar todas las herramientas disponibles” para defenderse, enfatizando su intención de reaccionar de forma decidida a cualquier ataque futuro. Israel acusa a Irán de buscar armas nucleares para lanzarlas contra su país.
Irán cuenta con aliados en la región, como el grupo libanés Hezbolá y el palestino Hamás, que también están en conflicto con Israel en el Líbano y Gaza, respectivamente. La implicación de estos grupos en la escalada regional añade un factor de complejidad, en el que Estados Unidos también ha intervenido. El lunes, la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, advirtió a Irán en una sesión del Consejo de Seguridad sobre las “severas consecuencias” que enfrentaría si emprendiera nuevas acciones agresivas contra Israel o personal estadounidense en la región. Thomas-Greenfield enfatizó que Estados Unidos está dispuesto a defender sus intereses y aboga por la desescalada del conflicto.
El Consejo de Seguridad se reunió para analizar el ataque israelí contra objetivos iraníes el sábado, el cual incluyó instalaciones de fabricación de misiles. En un intercambio de opiniones, los representantes de varios países expresaron sus posturas: el embajador de Israel, Danny Danon, solicitó que el Consejo impusiera sanciones más estrictas sobre la infraestructura militar y económica de Irán, y sugirió tomar medidas que impidan que Teherán pueda alcanzar capacidades nucleares.
Por otro lado, diplomáticos de Rusia y China llamaron a la moderación, cuestionando el rol de Estados Unidos en el conflicto. Vassily Nebenzia, embajador de Rusia ante la ONU, señaló que el apoyo incondicional de Estados Unidos a Israel agrava la tensión en la región, sugiriendo que esto contribuye a la opción de Israel de resolver sus conflictos “exclusivamente mediante la fuerza”. A su vez, el embajador de China, Fu Cong, instó a Washington a dar prioridad a la paz y a evitar una escalada en Gaza y en el Líbano.
Barbara Woodward, embajadora de Reino Unido ante la ONU, se sumó a los llamados a la moderación, afirmando que un aumento de la violencia no traerá soluciones en la región. Instó a Irán y a todos los actores involucrados a actuar con contención y a evitar que el conflicto alcance mayores dimensiones.
Este cruce de advertencias y ataques entre Irán e Israel mantiene a la región en una tensión constante. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación cómo este ciclo de violencia se intensifica, destacando la importancia de encontrar un camino hacia la diplomacia para evitar una nueva crisis de mayores proporciones en Oriente Medio.