El presidente chino, Xi Jinping, solicitó el año pasado al presidente estadounidense, Joe Biden, un cambio en la manera en que Estados Unidos comunica su postura sobre Taiwán, en particular, al abordar la independencia de la isla, según publica en exclusiva Reuters. Según dos funcionarios estadounidenses con conocimiento de la reunión, el intercambio se dio en un encuentro privado entre ambos líderes en noviembre cerca de San Francisco. Xi y su equipo pidieron a la administración de Biden que adoptara un lenguaje más contundente, solicitando que, en lugar de decir que “no apoya” la independencia de Taiwán, Estados Unidos declare que “se opone” a ella.
Hasta ahora, la Casa Blanca ha rechazado esta modificación, manteniéndose en su posición de no apoyo a la independencia de Taiwán. En una declaración reciente, el gobierno de Biden reafirmó su compromiso con la política de “Una China”, que reconoce a Pekín como el único gobierno legítimo, pero también establece la relación no oficial con Taiwán bajo un esquema de apoyo defensivo. China, en cambio, presiona continuamente para que Estados Unidos se distancie de cualquier respaldo a la independencia taiwanesa, una demanda que, hasta ahora, Washington ha desestimado.
La sensible relación con Taiwán: un desafío diplomático
Desde la década de 1970, cuando Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas formales con Taiwán, el país se ha comprometido legalmente a proporcionar a la isla los recursos necesarios para su defensa en caso de un ataque. China, por su parte, continúa reivindicando a Taiwán como parte de su territorio y no ha descartado el uso de la fuerza para ejercer su control sobre la isla, lo que añade tensiones a la relación entre Pekín y Washington.
La República de China, nombre formal de Taiwán desde la retirada de las tropas nacionalistas en 1949 tras la guerra civil china, ha mantenido su postura de autonomía, declarando que ya opera como un estado soberano. Esta situación convierte a Taiwán en uno de los puntos más críticos y sensibles en las relaciones entre Estados Unidos y China, y cualquier cambio en el lenguaje estadounidense podría tener amplias repercusiones en la región del Indopacífico.
Incremento de la presión china y respuesta de Estados Unidos
Durante los últimos años, el gobierno chino ha intensificado sus esfuerzos para que Estados Unidos modifique su postura pública sobre Taiwán, mientras que la administración de Biden considera que estos pedidos no tienen viabilidad. Según un alto funcionario de la Casa Blanca, Biden se mantendrá fiel a la “ambigüedad estratégica”, que permite a Estados Unidos apoyar a Taiwán sin comprometerse públicamente con una defensa militar explícita en caso de conflicto. Esta política se ha convertido en una herramienta diplomática para equilibrar la relación con ambas partes y evitar una confrontación directa con China.
Xi Jinping ha intensificado la actividad militar de China en torno a Taiwán, con ejercicios navales y aéreos cercanos a la isla, y las maniobras recientes incluyeron un récord de 153 aviones militares sobrevolando la zona de defensa aérea taiwanesa. Estas maniobras envían un mensaje claro a Taipei y a sus aliados internacionales sobre la intención de Pekín de impedir cualquier movimiento hacia la independencia formal.
Impacto de un cambio en la política lingüística de Estados Unidos
La retórica de Estados Unidos en torno a Taiwán es crucial para la estabilidad regional en Asia y el Pacífico. Funcionarios de países vecinos han expresado que un cambio de Estados Unidos a un lenguaje de “oposición” a la independencia de Taiwán podría interpretarse como un debilitamiento del apoyo estadounidense a la defensa de la isla. A su vez, podría ser percibido como una señal de respaldo a una solución más favorable para Pekín, que incluye la reunificación de Taiwán con China bajo una fórmula negociada.
Encuestas recientes en Taiwán muestran que la mayoría de los ciudadanos prefieren mantener el estatus quo, optando por evitar tanto la unificación con China como la declaración de independencia formal. La sensibilidad de esta situación, junto con las recientes tensiones y ejercicios militares, sugiere que cualquier cambio en la política o el lenguaje estadounidense sobre Taiwán podría impactar profundamente la seguridad y las alianzas en Asia.
Se espera que Biden y Xi vuelvan a conversar en el futuro cercano, probablemente en la cumbre del G20 en Brasil o en la cumbre de la APEC en Perú, el próximo mes. Este diálogo será uno de los últimos esfuerzos de Biden para manejar el delicado tema de Taiwán antes de entregar esta cuestión a quien resulte electo en las próximas elecciones, ya sea la vicepresidenta demócrata Kamala Harris o el expresidente republicano Donald Trump.