El canciller alemán, Olaf Scholz, subrayó este martes que la guerra de agresión rusa en Ucrania, la inflación, los altos tipos de interés y los problemas con las cadenas de suministro “afectan a la economía alemana más que a otras”, como país industrializado y orientado a la exportación.
“La historia completa es que necesitamos modernizar nuestro país y todo nuestro modelo económico”, dijo en un discurso en la Jornada de la Federación Alemana de Asociaciones de Empleadores.
Además, Scholz advirtió que si no se toman las medidas necesarias en los próximos 6 años Berlín perderá hasta 5 millones de trabajadores en los sectores de la economía, la administración y la salud, debido al rápido envejecimiento y decrecimiento de la población activa.
“Para esta modernización necesitamos más mano de obra. Pero no sólo necesitamos más mano de obra, como en la época del ‘milagro económico’: hoy necesitamos, sobre todo, más mano de obra cualificada”, insistió y agregó que así aumentará la productividad y la fuerza innovadora.
“Juntos tenemos que salir de esta mala situación”, dijo, “necesitamos más crecimiento”. Por eso, agregó, el Gobierno ha adoptado un amplio paquete de medidas que aborda los principales factores de crecimiento y que incluyen reducir la burocracia “innecesaria”, reforzar la posición de Alemania como centro financiero, incentivar la inversión y lograr un suministro energético asequible, seguro y sostenible.
Por otro lado, informó que antes de que acabe el mes, empresas, asociaciones industriales y sindicatos se reunirán en la cancillería a invitación de Scholz para una primera conversación sobre un “pacto para la industria y el empleo”.
Alemania se encuentra en un momento muy crítico, con una producción industrial que está en caída libre desde hace más de un año, rebajando con ella las previsiones de crecimiento del país.
El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, anunció a inicios de octubre que se espera que la economía alemana se contraiga un 0,2% este año, por debajo de las previsiones anteriores de un crecimiento del 0,3% y marcando el segundo año consecutivo de contracción.
La desaceleración refleja los retos estructurales del país que mencionó Scholz, incluida la dependencia de su sector manufacturero y los efectos adversos de la competencia mundial, en particular de China.