La cumbre de los BRICS arranca este 22 de octubre en la ciudad rusa de Kazán, celebrando una reunión informal de sus líderes y una serie de encuentros bilaterales del presidente ruso Vladímir Putin, el anfitrión, entre los que destacan los nombres de su homólogo chino, Xi Jinping, el primer ministro indio, Narendra Modi, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, y el presidente de Egipto, Abdelfatah.
“Creo que nuestro presidente no lo tendrá fácil, sin embargo, él mismo expresó el deseo de reunirse literalmente con todos los jefes de Estados que viajen a Kazán”, dijo el asesor de Putin en materia de política internacional, Yuri Ushakov.
Las reuniones formales se espera que comenzarán mañana miércoles, cuando el presidente ruso tiene previsto celebrar conversaciones bilaterales con sus homólogos de Irán, Masoud Pezeshkian, y Turquía, Recep Tayip Erdogán, adelantó el asesor presidencial.
Por otro lado, el presidente boliviano, Luis Arce, será el único jefe de Estado latinoamericano que asistirá de manera presencial a la cumbre de Kazán, ya que el presidente de Brasil, país fundador de los BRICS, Luiz Inácio Lula da Silva, canceló por motivos de salud y cambió su asistencia a videoconferencia.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también emprenderá su primer viaje a Rusia desde abril de 2022 para asistir a la cumbre. Hablará con el presidente Putin este jueves, según un programa compartido por Ushakov.
La cumbre de los BRICS es la mayor reunión de este tipo que se celebra en Rusia desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania y ocurre en un momento en el que Putin busca demostrar que los intentos occidentales de aislar a Moscú por la ofensiva de dos años y medio han fracasado. El Kremlin “pretende demostrar que Rusia no está aislada, sino que tiene socios y aliados”, declaró a AFP el analista político moscovita Konstantin Kalachev.
De igual manera, Kalachev afirmó que el Kremlin quiere que los asuntos mundiales se rijan por el derecho internacional, “no por normas establecidas por Estados individuales, concretamente Estados Unidos”.
Entre los principales temas de la agenda figura la idea del presidente ruso de crear un sistema de pagos liderado por los BRICS, que compita con SWIFT, para separarse de las complicaciones creadas por las restricciones de Occidente. Además, discutir una escalada del conflicto en Oriente Medio.
Previamente, Putin afirmó que treinta países habían expresado su interés en participar y sumarse a los BRICS de una manera u otra. Entre los Estados que manifestaron públicamente su interés de ingresar en este grupo, formado actualmente por 9 países, figuraban Cuba, Venezuela, Turquía, Azerbaiyán, Malasia y otros.
Sin embargo, el asesor de asuntos exteriores del Gobierno brasileño, el excanciller Celso Amorim, se declaró en contra de la entrada de Venezuela en el grupo de economías emergentes BRICS, como anteriormente ya había hecho referencia Brasil.
“Yo no defiendo la entrada de Venezuela. Creo que hay que ir despacio. No sirve de nada llenar (los BRICS) de países, de lo contrario pronto se creará un nuevo G-77”, afirmó el asesor del presidente da Silva en declaraciones a CNN Brasil.
El BRICS ganará terreno frente al G7 en términos de poder económico
El ministro de Asuntos Exteriores de Bielorrusia, Maxim Ryzhenkov, afirmó que la ventaja de los BRICS sobre el G7 en poder económico aumentará.
“Los expertos calculan que los países BRICS representan el 45% de la población mundial y aproximadamente el 35% del territorio mundial”. Además, aseguró que, en comparación con los BRICS, la participación en la economía mundial del G7 “es solo, en mi opinión, del 29%. Y esta disparidad seguirá aumentando”, afirmó Ryzhenkov al medio ruso Sputnik.