Israel habría presentado a Estados Unidos, la semana pasada, un documento que detalla sus condiciones para alcanzar una solución diplomática que ponga fin al conflicto en Líbano y permita el regreso de los civiles desplazados a ambos lados de la frontera, según confirmaron a Axios dos funcionarios estadounidenses y dos israelíes.
El documento fue entregado por la Oficina del Primer Ministro de Israel a la Casa Blanca antes de la visita del enviado del presidente Joe Biden, Amos Hochstein, a Beirut, donde se discutirán las posibles salidas diplomáticas al conflicto entre Israel y Hezbolá, informaron funcionarios israelíes.
Lo que está ocurriendo detrás de escena
De acuerdo con los funcionarios citados por Axios, Ron Dermer, ministro israelí de Asuntos Estratégicos y cercano aliado del primer ministro Benjamin Netanyahu, fue el encargado de remitir el documento a Hochstein. Dicho documento surgió de conversaciones entre Dermer, el Ministerio de Defensa de Israel y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sobre los términos que consideran necesarios para cualquier acuerdo diplomático que ponga fin a la guerra con Hezbolá.
Entre las principales exigencias de Israel está la participación activa de las FDI para garantizar que Hezbolá no pueda rearmearse ni reconstruir su infraestructura militar en el sur de Líbano, cerca de la frontera israelí. Además, Israel demanda que su fuerza aérea mantenga la libertad de operación en el espacio aéreo libanés, según comentó un funcionario israelí.
Puntos de discordia
Estas demandas israelíes chocan con la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que establece que las Fuerzas Armadas Libanesas (FAL) y la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano (FPNUL) deben ser las encargadas de garantizar el alto el fuego entre Israel y Hezbolá. Un funcionario israelí aclaró que Israel estaría dispuesto a reducir su intervención militar si las fuerzas libanesas y la FPNUL asumen un papel más activo en la aplicación de la resolución.
Sin embargo, un funcionario estadounidense reconoció que es muy poco probable que Líbano y la comunidad internacional acepten estas condiciones, ya que afectarían significativamente la soberanía libanesa. Hasta el momento, ni la Casa Blanca ni la embajada israelí en Washington han emitido comentarios oficiales al respecto.
La agenda de Amos Hochstein
Hochstein ya se encuentra en Beirut, a donde ha llegado este lunes para reunirse con el primer ministro interino de Líbano, Najib Mikati, el presidente del parlamento Nabih Berri, y otros altos funcionarios libaneses. Según declaraciones a Al-Arabiya, Berri calificó la visita del enviado estadounidense como “la última oportunidad” para encontrar una solución antes de las próximas elecciones en Estados Unidos. Berri también enfatizó el consenso libanés en torno a la Resolución 1701 y rechazó cualquier modificación de la misma, tal como exige Israel.
Entre líneas
Según fuentes israelíes y estadounidenses, Hochstein está presionando para que las fuerzas armadas libanesas desplieguen un contingente significativo de al menos 8000 tropas en el sur de Líbano como parte de cualquier acuerdo diplomático. El objetivo sería evitar que Hezbolá mantenga el control de la zona, como ha sucedido en los últimos años, y fortalecer la implementación de la Resolución 1701, que hasta ahora ha sido escasamente aplicada, permitiendo a Hezbolá construir una extensa infraestructura militar en violación de la resolución.
El enviado estadounidense también busca ampliar el mandato de la FPNUL para que, junto con el ejército libanés, impida que grupos armados no controlados por el gobierno se desplieguen cerca de la frontera con Israel.
Situación actual
La tensión en la región sigue escalando. El domingo por la noche, en vísperas de la visita de Hochstein, la Fuerza Aérea israelí lanzó ataques aéreos en todo Líbano, atacando varios objetivos vinculados a Hezbolá, incluyendo un edificio en Beirut. Según un alto funcionario de inteligencia israelí, el objetivo era una entidad financiera que opera de manera independiente al sistema bancario libanés y recibe cientos de millones de dólares anualmente de Irán, desempeñando un papel crucial en la financiación de las actividades de Hezbolá.
Un día después de que un dron de Hezbolá lograra penetrar las defensas aéreas israelíes y detonara cerca de la residencia privada del primer ministro Benjamin Netanyahu, este convocó reuniones con altos mandos de seguridad para discutir posibles represalias contra Irán. El ataque con drones, ocurrido en la costa norte de Tel Aviv, ha incrementado las tensiones y ha dejado al descubierto la vulnerabilidad de Israel ante amenazas aéreas no tripuladas.
Desde hace semanas, Israel se encuentra inmerso en la planificación de una ofensiva tras el lanzamiento de unos 200 misiles balísticos por parte de Irán, en respuesta a los recientes asesinatos de líderes de milicias proiraníes por parte del ejército israelí. Aunque el ataque con drones del sábado no dejó heridos, ni Netanyahu ni su esposa se encontraban en la casa en ese momento, el incidente ha sido visto como una clara provocación. El ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz, declaró al Canal 14 que “otra línea roja ha sido cruzada”, subrayando la necesidad de actuar con contundencia para neutralizar la amenaza iraní.
Estos acontecimientos subrayan la complejidad del conflicto y los retos diplomáticos para encontrar una solución duradera que permita la estabilidad en la región.