El IPC de septiembre arroja luces y sombras: ¿hacia dónde va la economía estadounidense?
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Estados Unidos correspondiente al mes de septiembre ha alcanzado un 2,4%, superando en una décima las expectativas del consenso, que lo ubicaba en un 2,3%. A pesar de este leve incremento, la cifra representa una mejora con respecto al dato del mes anterior, que fue del 2,5%. Esto indica que la inflación todavía enfrenta dificultades para acercarse al objetivo del 2% que persigue la Reserva Federal.
El IPC mensual se ha mantenido en el 0,2%, conforme a lo anticipado. Sin embargo, la atención se centra ahora en la inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, y que se ha situado en un 3,3%, una décima más de lo esperado y también superior al 3,2% del mes anterior. Esto sugiere que la inflación subyacente sigue siendo un reto persistente.
Víctor Alvar González, director de estrategia de Next Step Finance, señala que aunque el IPC anual ha caído en comparación con el dato anterior, el ligero aumento en la inflación subyacente sugiere que la Reserva Federal puede tener que actuar con cautela. “La inflación está bajando, pero lo hace lentamente. Es importante que la Fed continúe ajustando los tipos de interés de manera gradual, dada la robustez del mercado laboral”, afirma.
Patricia de Arriaga, subdirectora general de Pictet Asset Management, subraya que “la inflación subyacente está siendo pegajosa, lo que puede dificultar una caída más rápida hacia el objetivo del 2%”. Sin embargo, destaca que el entorno económico sigue siendo favorable, lo que permite un enfoque más selectivo en la inversión.
Marian Fernández, responsable de Macro en Bank España, menciona que la leve desviación en los datos de inflación no cambia significativamente el panorama. “El mercado ya anticipa recortes de tipos más moderados, en línea con la política de la Reserva Federal de priorizar el crecimiento económico”, explica.
Ignacio Menéndez, responsable de análisis de mercados en ING España, observa que la reacción de los bonos del tesoro a 10 años ha sido notable, sugiriendo que los inversores son cautelosos ante la posibilidad de que las bajadas de tipos no sean tan rápidas como se esperaba. “Los mercados están en una situación de calma tensa; aunque la economía parece sólida, los riesgos geopolíticos y las fluctuaciones en el mercado energético son factores a tener en cuenta”, advirte.