Tras la reciente conversación telefónica entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, la atención internacional se centra ahora en cómo será la respuesta israelí a las crecientes tensiones en el Oriente Medio. Según Jesús Argumosa, analista en estudios estratégicos y general de División, “estamos entre la disuasión y la escalada”, pero la disuasión se ha roto con el ataque de Irán. “Una respuesta letal de Israel sería desastrosa para Oriente Medio”, advierte.
Argumosa subraya que el conflicto entre Israel e Irán no existiría sin el apoyo de Estados Unidos, que proporciona armas a Israel. Sin embargo, tanto Washington como Teherán buscan evitar una guerra abierta. “Ni Estados Unidos ni Irán quieren la guerra, el único que la quiere es Israel”, afirma el analista, quien sostiene que a Netanyahu le resulta conveniente este conflicto para debilitar la influencia de Irán en la región.
En cuanto a la posible respuesta israelí, Argumosa descarta que esta se dirija hacia instalaciones nucleares o petrolíferas iraníes. “Será una respuesta moderada para no caer en una escalada que solo Netanyahu quiere”, asegura.
Respecto al conflicto en Ucrania, Argumosa expresa sus preocupaciones sobre el ritmo de apoyo occidental a Kiev. “Tengo el presentimiento de que Occidente llega tarde en el apoyo militar a Ucrania y Zelenski puede empezar a tener miedo”, señala, al tiempo que advierte sobre el avance continuo de las fuerzas rusas.
El analista también critica la estrategia occidental en Ucrania, señalando que la falta de esfuerzos diplomáticos para una solución negociada es un error estratégico. “Occidente está cometiendo un error al no buscar la negociación que esta guerra necesita”, subraya.
En este contexto, Argumosa destaca la complejidad del conflicto, señalando la utilización por parte de Rusia de misiles provenientes de Irán y Corea del Norte, mientras bloquea la ayuda militar occidental a Ucrania. “Esto sería una respuesta equilibrada en el conflicto”, concluye.