“Hay una contención calculada entre Irán e Israel para mantener activos los conflictos”. De Castro
Juan A. de Castro de Arespacochaga, doctor en ciencias económicas y empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, expresa que la situación es más geoeconómica que militar, con implicaciones complejas en la dinámica de poder. Argumenta que tanto Israel como Hezbollah parecen estar en una especie de contención calculada, lo que sugiere que hay objetivos más específicos detrás de los conflictos. Además, destaca que la falta de pronunciamientos claros de EE.UU. puede deberse a consideraciones políticas internas y la necesidad de mantener el apoyo a Israel.
Eduardo Irastorza, experto en economía y geopolítico del EAE Business School, comenta que, aunque Hamas ha lanzado misiles hacia Israel, la respuesta de Israel ha sido eficaz, pero destaca la falta de información sobre las bajas israelíes. Menciona que Israel tiene un control fuerte sobre los medios de comunicación, lo que afecta cómo se percibe la guerra. Sobre la estrategia militar moderna, se refiere a cómo la guerra se ha transformado en un conflicto más personalizado, donde los ataques se realizan con precisión a través de tecnologías avanzadas. Señala que la guerra contemporánea se basa más en el colapso del enemigo que en la destrucción física.
Manuel Herranz, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Complutense, sostiene que Hamas y Hezbollah se proyectan como víctimas en la narrativa del conflicto, mientras que Israel mantiene su información bajo control. Explica que la guerra actual no se puede resolver de manera tradicional porque las partes implicadas no aceptan la sumisión. Sugiere que las guerras actuales pueden estar alimentadas por intereses del complejo militar-industrial, pero también señala que las dinámicas han cambiado, lo que hace que las soluciones tradicionales ya no sean viables.