Claves del día de Jose A. Vizner
De nuevo, comenzamos hablando de Alemania y su industria automovilística. Ahora es Mercedes-Benz la empresa que rebaja sus previsiones y confirma que venderá menos, por China. Otra piedra en el zapato de la industria alemana. Antes de eso, BMW se enteró de los problemas de frenado en sus coches en 2022; no reaccionó y se han perdido 100.000 millones de euros. Pero la solución propuesta es aún más desconcertante. Se habla de inyectar 800.000 millones de euros para reactivar la economía, pero estos son los mismos actores que ya gestionaron 750.000 millones sin lograr estabilizar el motor económico europeo. ¿Qué garantía hay de que este nuevo paquete económico tenga éxito? Europa sigue dependiendo excesivamente de China, y mientras se intenta resolver esta relación, Alemania, que debería ser el pilar industrial de la región, sigue mostrando lesiones. Me pregunto si realmente están preparados para evitar que esta crisis se agrave o si solo volverán a vaciar los bolsillos de los ciudadanos sin resultados concretos.
Otro aspecto que no podemos ignorar es la situación económica más amplia en la zona del euro. El miembro del BCE, Wunsch, ha señalado que los tipos de interés deben bajar, pero advierte que la inflación persiste en algunas áreas. El riesgo de una desinflación está presente, pero lo más preocupante es el estancamiento económico que ya estamos viviendo en Europa. La economía lleva demasiado tiempo congelada y, en lugar de flexibilizarse, vemos cómo siguen apareciendo más y más regulaciones. La solución está en desregular y permitirá que el mercado fluya con mayor libertad, no en seguir protegiendo áreas que ya no son sostenibles.
La situación de Alemania es un claro ejemplo del estancamiento económico. Los índices de precios al por mayor han caído un -0,8% intermensual, viniendo de un +0,3%. Esto no es solo un problema de precios, es una señal de que el crecimiento económico está estancado. Urge bajar los tipos de interés para incentivar la inversión en sectores clave como el inmobiliario y permitir que las industrias vuelvan a ganar tracción. Si no lo hacemos, nos enfrentamos a una desaceleración que podría volverse irreversible.
Por si fuera poco, la situación internacional también está cargada de tensiones. El Secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, ha señalado que Oriente Medio enfrenta un problema serio, uno que ni siquiera el presidente Joe Biden podrá solucionar antes de que finalice su mandato. Blinken advirtió sobre los riesgos de una escalada entre Israel y Hezbolá que podría tener consecuencias globales. El Wall Street Journal también apunta que el alto fuego en Gaza está fuera del alcance de Biden, lo que solo añade más incertidumbre a la situación.
Por otro lado, Europa sigue enfocada en la guerra en Ucrania. Se ha decidido enviar 160 millones de euros a Ucrania, provenientes de activos rusos congelados, lo que claramente ha cruzado una línea roja para Rusia. Al mismo tiempo, el presidente Zelensky ha presentado un plan de paz que podría a Joe Biden durante la Asamblea General de las Naciones Unidas la próxima semana. Este plan, que Zelensky califica como “obligatorio”, tiene el objetivo de establecer las condiciones para una resolución del conflicto, y podría ser un punto de inflexión en las negociaciones con Rusia.
En resumen, estamos ante una serie de desafíos globales y europeos que requieren respuestas inmediatas. Alemania y Europa deben actuar ahora si quieren evitar un declive aún mayor. No podemos seguir esperando que la economía se recupere por sí sola mientras las tensiones internacionales siguen escalando. La solución está en la acción decidida, no en la parálisis.