La Unión Europea ha lanzado una advertencia clara a Apple Inc.: debe abrir los sistemas operativos de sus iPhones y iPads a tecnologías rivales o enfrentarse a fuertes sanciones económicas bajo la Ley de Mercados Digitales. Esta nueva normativa antimonopolio busca garantizar la interoperabilidad de los servicios de las grandes empresas tecnológicas con productos de la competencia.
Bruselas ha dado a la compañía seis meses para cumplir con estos requisitos, que obligan a Apple a permitir que desarrolladores externos accedan a funciones clave como Siri y el chip de pagos. Si no cumple, la empresa con sede en Cupertino, California, podría enfrentarse a multas de hasta el 10% de sus ingresos globales anuales.
Margrethe Vestager, jefa de competencia de la UE, afirmó que esta es la primera vez que se activan los procedimientos de la DMA para guiar a una empresa de la magnitud de Apple hacia el cumplimiento de las nuevas normativas de interoperabilidad. “La interoperabilidad efectiva, como la de los sistemas operativos de teléfonos inteligentes, juega un papel crucial en la competitividad del mercado”, destacó Vestager en un comunicado.
Aunque el aviso de la UE no es aún una investigación formal, deja claro que el objetivo es forzar a Apple a rediseñar sus sistemas operativos para que puedan funcionar con tecnologías de terceros. Esto afectaría a servicios clave que, hasta ahora, la empresa ha mantenido bajo un control férreo. La UE ya está investigando también las normas de la App Store, que podrían acarrear sanciones adicionales.
Apple no ha emitido comentarios sobre la advertencia, pero esta situación se suma a otros desafíos que la compañía enfrenta en Europa. A pesar del reciente lanzamiento del iPhone 16, la empresa anunció en junio que ciertas funciones, como Apple Intelligence, iPhone Mirroring y SharePlay Screen Sharing, no estarán disponibles en la UE debido a los estrictos requisitos de la DMA.
El reloj corre para Apple, y la decisión que tome en los próximos meses podría tener un impacto profundo en su dominio del mercado europeo. Si no se adapta, las consecuencias financieras podrían ser significativas.