La producción industrial de Alemania ha registrado una caída anual del -5,3%, superando las expectativas negativas que preveían un descenso del -3,5%. Este retroceso marca un momento crítico para la mayor economía de Europa, cuya contracción industrial ha sido anticipada desde la salida de la pandemia, agravada por la crisis de Volkswagen. Es especialmente relevante la caída en el sector de la automoción (-8.1% intermensual, ajustado estacionalmente y según el calendario, tras un crecimiento del 7,9% el mes anterior); cayó un -7% la fabricación de equipos eléctricos y un -3,8% la fabricación de productos metálicos elaborados.
En el ámbito mensual, la producción industrial cayó un -2,4%, lo que subraya aún más el debilitamiento del sector manufacturero en el país. Mientras tanto, el auge de la economía digital parece ocultar la difícil realidad que enfrentan las fábricas e industrias alemanas. Ni Alemania ni Europa han intervenido para mitigar el impacto de esta caída, que sigue afectando profundamente al tejido industrial del país.
Este escenario plantea serios desafíos para el futuro económico de Alemania, tradicionalmente el motor de crecimiento de Europa.