Israel ha advertido que está preparado para cualquier ataque y que “impondrá un precio muy alto a cualquier agresión de cualquier parte”. Mientras, en Irán era honrado el líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, asesinado esta semana con una bomba introducida hace meses en su alojamiento. El ayatolá Alí Jamenei, líder supremo de Irán, ha exigido una respuesta contundente por la muerte de Haniyeh en su propio territorio, de la que culpa a Israel. Ha dado orden de “golpear directamente a Israel” durante el servicio religioso por el líder de Hamás, que ha presidido.
Por su parte, Israel no ha confirmado ni ha negado su implicación en el atentado, aunque sí ha declarado, por medio de su primer ministro, Benjamin Netanyahu, que ha asestado “golpes aplastantes” a sus enemigos y que “está preparado para cualquier escenario”.
Ismail Haniyeh es el segundo cargo de importancia del grupo armado gazatí que fallece en pocos días, tras el asesinato, este sí confirmado por Israel, de un alto comandante de Hezbolá en Líbano.
La comunidad internacional mira con preocupación la escalada de violencia en la zona, que puede conducir a una guerra a gran escala entre Israel y varios de sus vecinos árabes.