Kamala Harris se reunía el jueves con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tras no asistir a su discurso ante el Congreso de Estados Unidos. La más que posible candidata demócrata a la Casa Blanca mantendrá la política de Joe Biden respecto a Israel, pero añadiendo presión: “Es hora de la esta guerra termine”, declaró Harris tras la entrevista con Netanyahu.
La vicepresidenta presionó al primer ministro israelí para que se alcance un acuerdo de alto el fuego en Gaza y aliviar así la cruda situación de miles de palestinos en la Franja; aseguró que alzará la voz sobre la crisis humanitaria que padecen los gazatíes. “No podemos permitirnos ser insensibles ante el sufrimiento y no permaneceré en silencio”, declaró.
Todo indica que, de llegar a ocupar el sillón presidencial, Kamala Harris será más agresiva respecto a Israel, si bien nadie duda del apoyo de Estados Unidos al Estado judío; es el aliado históricamente más cercano de Washington en Oriente Medio.