Estados Unidos está desplegando su arsenal diplomático para intentar llegar a un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas. El secretario de Estado, Antony Blinken, habló por teléfono con el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, y con el ministro del gabinete de guerra, Benny Gantz, con los que departió sobre la última propuesta sobre la mesa. Según Blinken, el nuevo proyecto de acuerdo lograría la liberación de los rehenes y “avanzaría los intereses de seguridad a largo plazo del Israel”. Al parecer, conseguiría incluso llevar la calma a la frontera con Líbano, por lo que las familias israelíes desplazadas podrían regresar a sus hogares.
Gallant, por su parte, ha puesto el énfasis este lunes en el compromiso de Israel de desmantelar Hamas en sus dos vertientes: la política y la militar, al tiempo que ha agradecido a Estados Unidos por sus esfuerzos.
Netanyahu podría haber dado el visto bueno al texto, según un alto funcionario israelí, mientras que Egipto asegura que Hamas mira “positivamente” el acuerdo y espera la respuesta de Israel.
La propuesta, anunciada por Biden, pero firmada por Israel, incluye varias fases y el final sería el reemplazo de Hamas en el gobierno de Gaza, aunque no especifica cómo. Ha suscitado reacciones encontradas en el ámbito político y social; desde el apoyo absoluto al posible acuerdo hasta la calificación de “broma” para el mismo, pasando por amenazas de abandono del gobierno y derrocamiento de Netanyahu.