Estados Unidos ha promulgado una ley que prohíbe la importación de uranio procedente de Rusia, con la unanimidad del Congreso. Conlleva al prohibición de las importaciones de este material durante 90 días y la entrega de unos 2700 millones de dólares para desarrollar la industria nacional de uranio. Sin embargo, incluye excepciones en aquellos casos en los que no exista una fuente alternativa.