MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
El Pleno del Congreso debatirá este martes por primera vez una iniciativa de Sumar para impulsar la reducción de la jornada laboral sin que conlleve pérdida de salario, un asunto que quedó recogido en el acuerdo de Gobierno coalición, aunque los socialistas expresaron pegas en la negociación, y que además no cuenta con el voto a favor asegurado de otros socios de investidura.
La propuesta, recogida por Europa Press, insta al Gobierno a abrir “con carácter urgente” un proceso de diálogo social que culmine con la modificación del Estatuto de los Trabajadores, así como de las disposiciones pertinentes, para incorporar una reducción de la jornada laboral de aplicación progresiva, empezando por fijar un tope de 38,5 horas efectivas en 2024.
Se trata de la segunda iniciativa que Sumar registra en el Congreso por este asunto en poco más de dos meses y ésta que se llevará al Pleno es menos exigente que la presentada en diciembre de 2023, cuando se instaba al Gobierno a acometer la reducción, sin apelar al diálogo social, y poniendo como tope 37,5 horas semanales, abriendo la puerta a un pacto con los agentes sociales para bajar hasta las 32 horas.
MÁS DE 40 AÑOS SIN BAJAR DE LAS 40 HORAS
En el texto de la proposición no de ley se recuerda que hace más de 104 años que no se acomete una reducción de la jornada laboral máxima por debajo de las ocho horas diarias y más de 40 años sin que se altere el umbral de las 40 horas semanales, a pesar de las “muy distintas condiciones económicas, laborales y sociales”.
Sumar opina que esta “congelación” de la duración de la jornada máxima sitúa a España “lejos de una aplicación correcta del artículo 24 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”. La formación de Yolanda Díaz apunta que son más de 10,5 millones de personas asalariadas del sector privado las que tienen una jornada habitual por encima de las 37,5 horas de promedio a la semana.
Los motivos que justifican la reducción de jornada, según el grupo confederal, pasan por un reparto igualitario de las tareas de cuidado, una mayor conciliación entre la vida laboral y personal, una disminución de la exposición a los riesgos laborales, mejores condiciones de salud física y mental, un impacto ambiental positivo y más tiempo que podrá ser destinado a la formación, el ocio o la participación social.