MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
La reforma laboral ha impulsado al alza la conversión de trabajadores temporales en indefinidos, tanto en el fijo ordinario como en el fijo-discontinuo, pero también ha elevado la “mortalidad” de los contratos indefinidos ordinarios, de forma que, aunque se hacen más contratos de esta modalidad, su duración es menor, según un estudio de Fedea difundido este lunes.
El informe realiza una evaluación preliminar de la reforma laboral del año 2021 utilizando una base de datos que cubre todos los registros diarios de creación y destrucción de afiliados a la Seguridad Social.
De acuerdo con las conclusiones de Fedea, aunque la reforma laboral ha demostrado ser “muy eficaz” en la reducción de la tasa de temporalidad “contractual”, no lo ha sido tanto en la mitigación de la precariedad o inestabilidad laboral o en la reducción de la tasa de temporalidad “empírica”.
Fedea señala que la estrategia seguida por la reforma española ha consistido en restringir “drásticamente” el recurso a los contratos de duración determinada o temporales “sin variación alguna de la flexibilidad de los contratos indefinidos ordinarios”.
“Sin embargo, para evitar una disminución de la flexibilidad global del sistema, la reforma ha fomentado el uso de otras variantes de contratos indefinidos que ofrecen menos estabilidad, como el contrato fijo-discontinuo. Estos contratos, a pesar de ser etiquetados como indefinidos, no ofrecen el mismo nivel de seguridad laboral a los trabajadores que los contratos indefinidos tradicionales”, avisa Fedea.
El informe, muestra, por un lado, que ha aumentado la conversión de trabajadores temporales en indefinidos, pero, por otro lado, se constata una reducción en la duración de los contratos indefinidos ordinarios.
Para evaluar el impacto de la reforma laboral, y su eficacia en la reducción de la tasa de temporalidad, el estudio de Fedea analiza los patrones en el calendario de los flujos diarios de creación y destrucción de empleo.
Ello se debe a que el mercado laboral español tiene unos patrones en el calendario “muy marcados”: contrata el lunes para despedir el viernes, contrata solo para el fin de semana y contrata el primer día de mes para despedir el último día de mes.
Utilizando un modelo de series temporales en el que se comparan los patrones de creación y destrucción de empleo antes y después de la reforma, Fedea no encuentra diferencias estadísticamente grandes entre ellos, excepto por una disminución de la destrucción de empleo a final de mes, que se ha reducido.
MISMA ESTABILIDAD LABORAL
Según Fedea, el nuevo marco laboral ha generado una nueva distribución de los contratos de trabajo que reduce la tasa de temporalidad hasta la media europea, “pero replica casi exactamente la situación anterior en términos de estabilidad laboral para los trabajadores”, pues se mantienen los patrones diarios de creación y destrucción de afiliados a la Seguridad Social.
“Es decir, en términos agregados, el mercado laboral no muestra los cambios que a priori cabría esperar en la duración del empleo como resultado de la disminución del empleo temporal”, advierte Fedea.
El trabajo pone de relieve además que la tasa de temporalidad, que era el principal indicador para medir la precariedad laboral en países con un mercado de trabajo dual como el español, “no es seguramente la mejor herramienta a estos efectos”.
“Ciertamente, hay que buscar otras formas de medir la precariedad que no se basen sólo en la estructura por tipos de contratos, sino que tengan en cuenta también otras variables y en particular la duración real de los contratos”, defiende Fedea.