MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
La falta de perfiles tecnológicos en España provoca una fuga de actividad cercana a los 315 millones de euros anuales únicamente en el ámbito de los servicios digitales, según un estudio la Fundación VASS y la Universidad Autónoma de Madrid.
De acuerdo con el análisis publicado este jueves, habría unas 3.600 vacantes por año que no se llenan por falta de personas con competencias digitales.
La fuga de actividad en el sector privado tiene su impacto en el sector público, que, al año, recaudaría 110 millones de euros menos en impuestos por estos motivos.
En el estudio han participado expertos de 46 compañías e instituciones y casi un millar de estudiantes de últimos cursos de ingenierías de Telecomunicaciones e Informática.
El director de la Fundación VASS y responsable de este estudio, Antonio Rueda, ha advertido de que no poder contratar “implica perder oportunidad de crear empleo y, por tanto, oportunidades de negocio”.
Rueda ha advertido también en un comunicado de que, si no se ataja el problema, la situación se agravará conforme la economía digital vaya ganando más peso.
Mientras el número de empresas que buscan especialistas TIC ha crecido un 117% entre 2012 y 2020, el número de egresados de estas especialidades se ha reducido un 23,2% en el mismo periodo, y España se sitúa a la cola de la UE junto a Italia como el país donde menos ha crecido el número de profesionales con perfiles técnicos entre 2011 y 2019.
El estudio hace hincapié en que en 2019 llegaron al mercado laboral 7.170 nuevos jóvenes procedentes de grados o masters relacionados con las TIC para un mercado en el que buscan contratar más de 15.000 empresas.
El informe también ha denunciado que casi 21.000 jóvenes solicitaron en los últimos años realizar el grado de informática, pero su admisión fue rechazada.
Asimismo, el grado de informática es la disciplina con mayor tasa de abandono, ya que la mitad de los estudiantes lo deja en los primeros tres cursos de carrera.
“Esta es una de las fricciones colaterales, la incapacidad de la enseñanza superior por encauzar las vocaciones en los ámbitos digitales. La expectativa de colocación parece no compensar a los jóvenes cuando lo ponderan con el esfuerzo requerido para terminar sus estudios superiores”, ha apuntado Rueda.